EIA acuerda solicitar un "alto el fuego" a las organizaciones armadas que actúan en Euskadi
Dirigirse a las organizaciones armadas para solicitar de ellas un «alto el fuego» lo más inmediato posible, «como paso que facilite una negociación entre las fuerzas políticas representativas vascas» es una de las conclusiones aprobadas por la asamblea extraordinaria del Partido para la Revolución Vasca (EIA), partido mayoritario de la coalición Euskadiko Ezkerra, celebrada el domingo en la Universidad de Lejona- Bilbao. EIA se compromete «a hacer lo posible para conseguir el éxito de la negociación, tanto a nivel institucional como de campaña de masas».«Es la salida que se perfila como más conveniente ante. los problemas de aislamiento y de peligros de una radicalización aún mayor de la práctica armada que se pueden generar si ésta no se adecua a las nuevas condiciones políticas», se afirma en la citada conclusión.
El documento aprobado por la asamblea, en el que se apuntan quince conclusiones, se inicia con una crítica a la política realizada por el Gobierno de UCD desde las elecciones de junio de 1977, que se considera «principal responsable de los retrasos en la consecución y desarrollo del autogobiemo de Euskadi, así como del actual proceso de derechización y recorte de libertades democráticas». «Ambos factores», se afirma, «han creado y contribuyen a fomentar un sentimiento de frustración política en amplios sectores del pueblo vasco, frustración que constituye un auténtico caldo de cultivo para las actuaciones de tipo violento».
La existencia de presos, el blo queo de iniciativas para la solu ción al problema de Navarra, son para EIA, «junto al mantenimiento de la legislación antiterrorista y las prácticas de tortura, que representan continuas violaciones de los derechos humanos, factores que han venido distorsionando el proceso autonómico vasco y pueden continuar haciéndolo incluso gravemente».
Tras indicar que la promulgación del Estatuto de Autonomía fue posible gracias a la unidad de las fuerzas políticas vascas, EIA afirma que el desarrollo futuro del autogobiemo de Euskadi y el carácter progresista del mismo dependerán en gran medida de la no exclusivización del proceso autonómico por parte de un partido y de la unidad de las fuerzas interesadas en este proceso, «que encauce tras de sí un amplio movimiento popular que haga posible una salida unitaria y democrática a la institucionalización de Euskadi».
EIA considera que la estrategia marcada y ejecutada por ETAm, «lejos de contribuir a mayores logros políticos en el terreno del autogobierno, se está caracterizando por ser un intento permanente de desestabilización del proceso autonómico y democratizador vasco». «Esta política pura y simplemente desestabilizadora», se añade, «se está revelando en definitiva como favorecedor'a de las posiciones de la derecha, en sus vertienttes más cerriles y autoritarias, y muy especialmente a través de su reforzamiento ideológico ».
Se critica en una de las conclusiones «las ofensivas armadas de octubre pasado (sin referirse a ninguna rama concreta de ETA), como negativas para los intereses de los trabajadores vascos y agentes desmovilizadores. El amplio rechazo popular ante tales acciones dio lugar a una situación de marginación y aislamiento de las organizaciones armadas».
«Las causas principales de todo ello están en la pretensión, políticamente errónea, de que la lucha armada puede conseguir por sí sola aquellas reivindicaciones o conquistas que las fuerzas populares han sido incapaces de alcanzar a causa de su debilidad orgánica y de sus divisiones intemas, así como en el frecuente abandono en la práctica armada de todo tipo de cautelas políticas ante la lucha militar, tales como la aplicación de la selectividad, con la consecuente exaltación de la violencia en sí misma, esto es, el militarismo».
Manifiesta luego EIA la «cada vez mayor contraposición » entre su estrategia y la de ETAm y la imposibilidad de cualquier alternativa intermedia, «ya que lo que está en juego es precisamente el respeto por parte de cualquier vanguardia. a la dinámica de la lucha política en la estrategia al socialismo y a los intereses del pueblo y de los trabajadores o, al contrario, la supeditación por parte de éstos a las necesidades e intereses, incluso organizativos, de una minoría. radicalizada».
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