UCD
UCD es un partido y UCD es el Gobierno. Una de estas, mitades se impregna continuamente de la otra, y a la inversa. Yo creo que de ahí nacen todos los conflictos, dubitaciones, impotencias, competencias e incompetencias de UCD. Como esos ríos que además son el mar, brazos de mar. Como esos ríos que son rías.Porque UCD no es sólo el partido que está ocasionalmente en el Gobierno, sino un partido que además es el Gobierno, ya que nuestra joven democracia no ha conocido otro.
De ahí le viene a UCD toda su ambigüedad y todo su poder.
Pero de ahí le viene también la ilegalidad de su indudable legitimidad. Los hombres de UCD se nos han presentado como los legitimistas del cambio, de la transición, de la democracia a la española, en último término. Lo que tienen de malo -adherencia franquista residual-, es lo que tienen de bueno para la sociedad, española: son gente conocida, gente de toda la vida (toda la vida suelen ser cuarenta años), y yo tenge escrito, aotros efectos, que Dios, en España, es gente bien. Don Julio Castelao, presidente de Acción Familiar (que no sé lo que es, aunque quizá sea un transformismo de Acción Católica: en todo caso un invento a lo Charles Maurrás), lo ha dejado claro estos días, porque él a su vez lo tiene claro:
-Fernández Ordónez es el enemigo público número uno de la familia española.
El ministro /marcha, con unas leyes que nos ponen altos, o sea eufóricos, y también a la altura de las sociedades europeas, desbarata el figurín, no de UCD, sino el figurín que de UCD se habían hecho sus votantes. Se le acusa a Pacordóñez, demagógicam ente, de haber hundido las economías familiares con los impuestos, pero estos días anda por los periódicos madrileños un anuncio desmadradamente pornográfico, y que no es precisamente un anuncio de masajistas tailandesas. Se trata de «incentivar» al capital español para que invierta en Puerto Rico. Se trata de un crecepelo para ricos. Otros ricos ya lo han probado y les luce muy bien el pelo. Sé de una familia/empresa de La Coruña que decidió declarar suspensión de pagos y emigrar a uno de esos paraísos fiscales/ tropicales, por si las flais. Luego han cambiado de idea, pero es lo mismo, porque lo están fundiendo todo. Los padres a su aire y los hijos inyectándoselo en caballo. Los obreros coruñeses creen que la culpa de su paro la tiene la democracia o, más concretamente, la UCD. El partido que gobierna es visto siempre como un Gobierno antes que como un partído. Santiago Carrillo lo tiene más claro: -Entre Lavilla y Suárez no hay mucha diferencia. Lo que necesitamos es un Gobierno de composición política distinta.
El machihembrado Gobierno/partido, el centauro Cortes/ Moncloa genera inevitablemente una política anfibia en que la gente no cree. Los landelinistas se decepcionan desde misa de doce y los adolfistas desde las montañas, que este invierno sí que las veo nevadas. Me lo ha dicho en un'almuerzo un maestro de periodistas y del peribdismo:
-Yo ya nunca escribo de homosexuales, de autonomías ni de feministas. Se queda mal siempre.
Tampoco habría que escribir de Landelino. Se queda mal siempre: si a favor, como meacatólico del nacionalpietismo: si en contra, como- oficialista frente a los críticos que se han vestido de tales en Celso García, planta cismas. El Segundo Enrolle Nacional de Palma, en estos días, deja claro lo que se le ha escapado al yo residual/ freudiano de Rupérez: «Me parece legítima la pugna por el poder en UCD». Es que sin pugna por el poder, no hay UCD, amor.
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