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Estreno de "Fuenteovejuna", versión musical libre basada en la obra de Lope de Vega

Martín Descalzo escribió el texto y Manuel Moreno Buendía compuso la música

La versión musical de la obra Fuenteovejuna, de Lope de Vega, fue estrenada el viernes pasado en el teatro de La Zarzuela de Madrid. El texto en versión libre pertenece a José Luis Martín de Descalzo, y la música a Manuel Moreno-Buendía. Interpretó la Compañía Lírica Popular bajo la dirección de Joaquín Deus. José Perera dirigió el coro, y Alberto Lorca, el ballet.

Largas ovaciones y sonoros ¡bravos! recogieron desde el escenario los creadores de Fuenteovejuna; tanto al autor de la partitura y director musical como al director de la escena y de la compañía lírica titular de La Zarzuela, al autor del libreto, a José Perera -director del coro-, a Alberto Lorca, -coreógrafo- y a Pere Francesch -decorados y ayuda de dirección-. El éxito se extendió también a todos los intérpretes: cantantes, actores, orquesta y ballet titulares, éste con la colaboración especial de Juan Manuel -del Ballet Nacional- en la escena danzada de la muerte del Comendador.Nunca será este comentarista -en el caso, más que dudoso, de que tuviera capacidad para ello- quien desanime a los compositores actuales que permanecen fieles a la práctica tonal y siguen creyendo en el teatro tradicional como medio insustituible de comunicación, en sus intentos de aportar obras que -quien sabe- a lo mejor llegarían a cristalizar sino en una zarzuela de hoy (concepto que se me antoja contradictorio en sí mismo), sí al menos en una zarzuela nueva y distinta.

Pero seguidamente estoy obligado a expresar mi opinión de que, en esta línea, Fuenteovejuna no pa saría de ser un paso titubeante. Porque la música, bien hecha como fruto que es del excelente oficio de Moreno Buendía, no posee suficiente ideación como para evitar continuas referencias a la zarzuela de siempre o a alguna comedia musical americana -Bernstein- o a algún estilo compositivo de autores que -como Orff- sustentan su lenguaje pretendidamente actual en elementos viejos. Además por que el libreto de Martín Descalzo, cuya eficacia y adecuación al em peño musical no vamos a discutir, resulta un tanto forzado en lo que tiene de despego del texto de partida -papeles de anciano y el niño, por ejemplo-, toda vez, que no creo se consiga, con tal intento de actualización, una vigencia del mensaje mayor que la que ya se encierra en la pieza de Lope, viva y lo zana hoy, como lo está desde su creación y como lo estará mañana, que no en vano es un "clásico".

La obra que nos ocupa quizá esté más conseguida en el primer acto -con la presentación de los formidables personajes y la exposición de la trama- que en las resoluciones del segundo, donde observamos cierta tendencia a hacer triunfalista el triunfo, así como cierta incoherencia en los matices cómicos de la escena de la tortura a gentes del pueblo por parte del inquisidor. También quisiera mostrar mi preferencia hacia la música en las escenas de conjunto, abiertamente popularista, sobre aquellas de planteamiento lírico-romanzas de la soprano, dúo de Laurencia y Frondoso.

Compositor y libretista han respetado con gran acierto, por otra parte, el protagonismo del coro-pueblo: «No hay protagonista individual; no hay más héroe que el demos, el concejo de Fuenteovejuna; cuando el poder real interviene, es sólo para sancionar y consolidar el hecho revolucionario. No hay obra más democrática en el teatro castellano», escribió Menéndez y Pelayo.

Buena labor del coro

Ateniéndonos a esto, comencemos la cita de los intérpretes aplaudiendo la buena labor del coro preparado por el veterano maestro Perera. Correcto el tenor Ricardo Jiménez (Frondoso) en su papel, quizá un punto menos agradecido que el de Laurencia y el del comendador, servidos en la noche del estreno por Josefina Meneses y Pedro Farrés, respectivamente. La soprano, con buena línea de canto en general, muestra ciertas desigualdades de calidad vocal: alcanza matices admirables (por ejemplo en los pianos), mientras que en otros momentos falta redondez y rigor de afinación. El barítono centró su éxito personal en la brillantez de los sostenidos agudos que generosamente le brinda la partitura. Amelia Font y Jesús Castejón compusieron muy bien sus personajes de Pascuala y Mengo. Con la cita de Estanis González (Esteban) y Rafael Castejón (anciano) representamos el correcto hacer de los actores sin papel cantado. El maestro Moreno Buendía aplicó su solvencia directorial a esta obra propia, que nos llegó muy bien preparada y que, presumiblemente, llevará mucho público al teatro de La Zarzuela, pues no carece de alicientes para el público del teatro ni para los amantes de la música escénica.

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