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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La noche

del 7 de enero he padecido, como seguramente han padecido millones de ciudadanos, el programa ese que se ha sacado de la manga el señor Hermida. Y me he dormido.Tengo veintiún años recién cumplidos, mis padres son labradores en un pequeño pueblo de la provincia de León y como toda la gente que conozco, tengo lo necesario para vivir. Ni más ni menos. Creo que mi nivel de vida, como el de toda la gente de mi pueblo, incluso de León, no es demasiado bueno. Pertenezco, como casi todo bicho viviente, a la clase media. baja.

Tal vez sea porque mi ambiente es rural, tal vez porque en León capital haya unos pocos muy ricos y unos pocos muy pobres, tal vez porque mi educación provinciana no vaya muy allá..., tal vez por tantas cosas no acierto a comprender todo lo que se habló esa noche en televisión.

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Lo que en este programa me ha puesto de mal humor y ha logrado dormirme es ver en la pantalla a cinco vendedores. Los invitados del pasota y del niño formal han dado asco. Los dos políticos han vendido votos de una manera descarada. Los escritores han hecho tres cuartos de lo mismo, y el cantante ha metido la canción de su vida a cada momento. Del señor con nombre yugoslavo no puedo decir nada porque el pobre no ha podido abrir la boca. Y lo asqueroso es que nos la han querido meter cruzada a nosotros, a los jóvenes, al mercado del futuro, al mercado en potencia.

¡Basta ya! Los políticos, al Parlamento o a sus casas, que es donde mejor están./

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