La sesión del miércoles salvó el balance semanal
El balance que ha arrojado la primera semana del nuevo año en los mercados de valores nacionales ha sido positivo.Las mejoras estuvieron centradas en el sector bancario, y más concretamente en la sesión del miércoles, donde casi todas estas entidades mejoraron un 5%, aproximadamente, sus precios. En las otras dos jornadas se dieron ejercicios de malabarismo para contener la corriente oferta. Las razones de este importante envite al alza se centraron en los rumores, casi siempre mal interpretados, sobre una inminente liberalización de los dividendos bancarios, en la proximidad de las fechas de pago de esos mismos dividendos, en la pérdida general de interés por los valores eléctricos y en la propia actuación de un buen número de especialistas, que consiguieron crear un clima de euforia completamente artificial.
El único punto de diferencia que presentaron estas subidas de los precios de los valores bancarios, en relación con otros reajustes de tipo técnico, es que más de un gestor bursátil de reconocido prestigio ha mantenido las posiciones tomadas, confiando en una recuperación del sector en las próximas semanas.
El resto del mercado ni contó en las sucesivas sesiones. Las eléctricas, con sus ampliaciones de capital finalizadas y sus dividendos pagados, se limitan a sestear, en espera de que la aprobación de la subida de sus tarifas actúe como cebo de bomba y dé lugar a algunas subidas.
Los simpáticos chicharrillos, esto es, los valores de segunda fila, han conseguido levantar cabeza tras las presiones vendedoras a las que fueron sometidos en los últimos días del pasado año. por quienes pretendían realizar minusvalías.
Valores de solvencia y tradición bursátil hace no mucho tiempo, fundamentalmente pertenecientes a los sectores industriales y de comercio, se ven en la actualidad equiparados a auténticas «segundas series», recibiendo un trato común. Trato que se concreta en ser objeto a lo largo de todo el ejercicio de operaciones de marcado cariz especulativo, al resultar poco aptos para este tipo de actuaciones los valores bancarios y las empresas eléctricas. Los primeros, por el severo control que mantienen las propias entidades emisoras sobre sus cotizaciones, y las segundas, porque realmente se han convertido en valores de renta fija y los criterios que determinan sus movimientos son los de rentabilidad comparativa con los tipos de interés practicados en los mercados de dinero.
El mercadillo de letras de cambio volvió a mostrarse extraordinariamente activo. En la sesión del jueves, la única hábil a este efecto en la Bolsa madrileña, se ofertaron 716 letras de cambio, de las que se negociaron 421, que arrojaron el nada despreciable volumen total de negocio de 387 millones de pesetas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.