Hoy se constituye el nuevo comité ejecutivo del PSUC en medio de fuertes tensiones

Hoy se reúne el Comité Central del PSUC para designar al comité ejecutivo del partido. La alternativa que condiciona el tipo de alianzas internas, dentro del comité central, es la conveniencia o no de que el ejecutivo sea provisional -lo que implicaría la convocatoria de un congreso extraordinario-, o bien definitivo. Jordi Borja, de la corriente minoritaria, ha anunciado que ésta no participará en el nuevo comité ejecutivo.

La novedad más significativa del día de ayer fue el incremento de la presión por parte de lá corriente más minoritaria dentro del conjunto del partido, y también en la nueva dirección, la denoihinada bandera blanca o socialdemócrata, por ser la situada más a la derecha. Esta corriente reivindica con energía un congreso extraordinario, mientras uno de los más destacados representantes de esta tendencia, Jordi Borja, se inclinaba por la simple exclusión de los prosoviéticos. En cambios, estos últimos adoptaron un tono de extrema moderación, con elogios a la labor de Gutiérrez Díaz, deseos de que todas las opiniones coexistan en el partido y la voluntad de que se elija un comité ejecutivo representativo de las diversas tendencias.

El bandera blanca Jordi Borja hizo al programa Noticies ados quarts, de Radio Barcelona, unas duras declaraciones, en las que afirmó que su tendencia «no participará en el comité ejecutivo». Añadió que éste debía ser «provisional, de gestión», y que era preciso «llegar a un punto en que se dé la vuelta a este resultado (del congreso)». Asimismo preconizó «un movimiento de masas dentro del partido, una revolución cultural».

Cambiar las tesis y los responsables

«Es necesario», afirmó textualmente Borja, según la grabación facilitada por Radio Barcelona, «un PSUC en el que no haya dirigeneos prosoviéticos. No es concebible un partido catalán, un partido democrático, un partido de izquierdas, hoy en Cataluña, con dirigentes prosoviéticos, ni en el ejecutivo ni en los demás órganos».«Se trata», -agregó Borja, «a través de este movimiento (de masas del partido) no solamente de cambiar las tesis (aprobadas por el congreso), no solamente de cambiar el presidente y el secretario general (del PSUC). Se trata de cambiar aquellos responsables locales o comarcales que han hecho una política prosoviética que nos ha alejado a muchos militantes, y se trata de restablecer a estos militantes que se han alejado en las responsabilidades (que tenían), porque se trata de dar un viraje en el PSUC que lo hagá otra vez un partido verdaderamente democrático y verdaderamente enraizado en la sociedad catalana».

Para todo ello, Borja propuso diversos canales de actuación. «Son», dijo, «ir a las agrupaciones, llevar a cabo actos públicos, tomas de posición. Será preciso en estos próximos meses llevar a cabo conferencias locales y comarcales para escoger a nuevas direcciones. Tomas de posición exigiendo un retomo al erucomunismo, exigiendo que se cambien los resultados del congreso».

La dureza de estas manifestaciones, por parte del sector más minoritario, sorprendió a las demás tendencias. Una fuente leninista indicó que «era síntoma de una concordancia entre los bandera blanca y Santiago Carrillo en la búsqueda de un congreso extraordiuario del PSUC antes del décimo congreso del PCE, a celebrar en el próximo mes de julio».

En cualquier caso, las declaraciones de Borja fueron calificadas de «negativas» por una fuente de la dirección saliente del PSUC, la cual manifestó que dificultaba los deseos de acuerdo interno expresados por el nuevo secretario general, Francesc Frutos, quien desearía evitar el incremento de las tensiones, cuyo principal peligro, ségún la fuente, es la posible pérdida de independencia del PSUC con relación al PCE.