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El PSUC conservará su denominación de eurocomunista

A medianoche de ayer, los delegados participantes en el V Congreso del PSUC han aprobado el informe político sobre la gestión del comité central por 419 votos a favor, 78 en contra y 282 abstenciones. El informe había sido presentado ayer por el secretario general saliente, Antoni Gutiérrez Díaz. «Abandonar hoy», añadió Antoni Gutiérrez, «el término eurocomunismo sería abandonar la revolución de la mayoría y el socialismo en libertad. Somos un partido comunista que tiene una estrategia propia, nacional y catalana hacia el socialismo. A eso lo hemos denominado eurocomunismo».

El término eurocomunismo figuraba en el informe político presentado el día anterior por el secretario general saliente. Esta palabra era mayoritariamente rechazada por todas las delegaciones del cinturón industrial de Barcelona y por una parte minoritaria de las dos delegaciones de Barcelona ciudad. Todas estas delegaciones son infinitamente mayores en cuanto a delegados que las restantes.Pese al incremento del debate ideológico que tanto caracteriza a este congreso, la confrontación real tendrá efecto a partir de hoy y se centrará en los trabajos de la comisión de candidaturas en su labor preparatoria de la elección de una nueva dirección. Será en la mañana de hoy cuando el presidente saliente del partido, Gregorio López Raimundo, presentará a dicha comisión la propuesta de dirección entrante.

Esta propuesta era mantenida anoche en la mayor de las reservas. No obstante, una alta fuente de la dirección saliente informó parcialmente a este diario de la misma. Según la fuente, la dirección saliente intentará proponer otra de continuidad y claramente eurocomunista, con el fin de intentar parar el reciente avance de los prosoviéticos. Pero la misma fuente agregó que consideraba muy probable que tal propuesta sea rechazada o muy seriamente enmendada, como obviamente permite suponer la fuerza mostrada ayer por los prosoviéticos.

La dirección saliente intentará mantener en el comité central a la mayoría de líderes que ya figuran en el mismo. Sólo causarían baja viejas glorias -alrededor de unas veinte- que pasarían a ser miembros honorarios del comité central. La propuesta tal como era concebida anoche no incluía el ingreso en el comité central de Leopoldo Espuny, abogado jefe de los servicios jurídicos de las Comisiones Obreras catalanas, que es el auténtico ideólogo del sector prosoviético. Sin duda alguna, este sector está dispuesto a dar una clara batalla en favor del ascenso de Espuny, mientras es bien conocido el antagonismo entre éste y Gutiérrez Díaz. En cambio, continuarían en el comité central entrante todos los prosoviéticos que ya figuran en el saliente, como Alfred Clemente (secretario general de Barcelona de Comisiones Obreras) y Juan Ignacio Valdivieso, dirigente del Vallés Occidental (Sabadell), que constituye el más fuerte bastión prosoviético.

La fuente indicó que no figuraría en la dirección entrante Leonor Bornau -conocida por Teresa Bonet-, la cual de forma antiestatutaria, ya que reside en Madrid, pertenece al comité ejecutivo del PSUC, así como a idéntico órgano del PCE. Leonor Bornau es la esposa de Julio Aristizábal, secretario de Carrillo, y es considerada en el PSUC como una fiel defensora de la situación de escasa independencia real del PSUC, con relación al PCE, que caracterizó gran parte de la historia del comunismo catalán.

Delegaciones provinciales

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Como dato de gran alcance destaca la sorpresa que se podía apreciar en las delegaciones de zonas rurales alejadas de Barcelona ante la ausencia en los inicios del congreso de debates serios sobre los problemas que preocupan al conjunto de la ciudadanía. No obstante, la confrontación ideológica, que hasta ahora era casi privativa de Barcelona y su entorno industrial, también llegó, según pudo apreciarse ayer, a las restantes capitales catalanas. Así, de forma sorprendente en el seno de la delegación de Lérida, se dio ayer una clara victoria prosoviética. En la de Tarragona se produjo una victoria leninista. Sólo Gerona permaneció dentro de los criterios moderados que hasta ahora habían caracterizado las pequeñas organizaciones comunistas catalanas.

Mientras en el anterior congreso los debates mostraban un PSUC atento en alto grado a la problemática catalanista y a los problemas generales de la sociedad en que nació, ayer los debates fueron ideológicos, de contenido obrerista y de política internacional. En este marco, las alusiones a la necesidad de un catalanismo popular aparecen como un recuerdo de un pasado en que el PSUC mostraba un carácter menos obrerista.

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