Bergamín
Quiero expresar mi personal e insignificante pero significada adhesión con la felicitación navideña que Fernando Savater envía a través de las páginas de ese diario a don José Bergamín con fecha reciente.El olvido oficial que también la democracia tiene para con la persona, la personalidad y la obra del señor Bergamín es tan torpe como injusto. «Usted, Bergamín, es, pero no está», dice el felicitante. Como a menudo ocurre con lo verdadero, lo «harán» estar cuando no sea.
Felicidades pues también, don José, y larga vida para poder seguir viendo «las cosas que no pasan»./
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