Las cajas de ahorro navarras estudian su separación de las vascas

Las dos entidades de ahorro navarras están realizando estudios para determinar la viabilidad de la creación de una federación navarra de cajas, al margen de la Federación Vasco-Navarra, «pero vinculadas fuertemente a ésta», publicó ayer el especial económico de La Gaceta del Norte, que cita fuentes solventes y bien informadas.Actualmente, y desde 1927, las cajas navarras están integradas en la Federación Vasco-Navarra, con sede en Vitoria, donde también se encuentran el Ejecutivo y Legislativo de la comunidad autónoma vasca.

Las citadas fuentes añadieron que «el delicado y difícil equilibrio de entendimiento hasta ahora entre las cajas vascas y las navarras podría quebrarse debido al planteamiento político y al tratamiento que se den a partir de ahora a las relaciones entre el Gobierno vasco y el régimen foral navarro, «aunque esto no son más que meras conjeturas».

Los depósitos de las cajas vascas y navarras en el pasado mes de marzo de este año suponían, aproximadamente, la mitad del total sumados los correspondientes a los bancos, que alcanzaron la cifra de 888.000 millones de pesetas.

Al parecer, los estatutos por los que se rige la Confederación Española de Cajas de Ahorro permiten la configuración de dos cajas, por lo que la operación en solitario de las entidades navarras sería, además de legal, factible.

Las mismas fuentes que cita La Gaceta del Norte añaden que, «si se les aprieta», las cajas navarras terminarán por abandonar la Federación Vasco-Navarra, aunque añadió que «ellos no quieren abandonar la Federación ni nosotros que se marchen».

Finalmente, el diario bilbaíno dice que «frente a estos deseos de mutua comprensión y voluntad de permanecer unidos, se plantea una realidad difícil de admitir por las cajas navarras: que los representantes de la Federación actual negocien en nombre del organismo federado conjunto con el Gobierno vasco temas tan trascendentales como estos: competencias exclusivas sobre entidades de ahorro -incluida la capacidad de legislar sobre su funcionamiento-, la inversión de coeficientes regionalizables, su papel en el mercado frente al de los bancos, la financiación de los sectores industriales en crisis, la dotación de fondos al sector público vasco para la realización de un programa de gobierno de marcado carácter social y otra serie de importantes iniciativas que son vitales para conseguir el afianzamiento de la autonomía vasca».