Dos niños, "aspirados" al vacío desde un avión a 9.000 metros de altura
Dos niños paquistaníes cayeron ayer a las aguas del golfo Pérsico desde casi 9.000 metros de altura, al abrirse una brecha en el suelo del compartimento de pasajeros de un avión a reacción de Arabia Saudí que se dirigía a Karachi.El boquete, de aproximadamente metro y medio de ancho, se produjo al chocar contra el piso de la cabina una pieza metálica que se había desprendido del tren de aterrizaje. Los dos pequeños -cuya desaparición no se hizo notar hasta que el aparato tomó tierra en un aeropuerto de Qatar- fueron «engullidos» al disminuir la presión en el interior del avión.
El resto de los 296 pasajeros que iban a bordo, así como los dieciséis tripulantes, no sufrieron daño alguno. El aparato, un Tri-Star de la Lockheed, de fabricación norteamericana y perteneciente a las Saudi Airlines, se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en Doha (Qatar).
Según las declaraciones del comandante del avión, de repente se escuchó «un gran ruido», que parecía provenir de la zona próxima al tren de aterrizaje, y simultáneamente «disminuyó la presión dentro del aparato y se produjo una escasez de oxígeno».
Dos niños, que ocupaban los asientos más cercanos a la brecha, salieron despedidos por el agujero, cayendo al mar.
La Dirección General de Aviación Civil de Arabia Saudí ha informado que el accidente se debió al «desplazamiento de una parte del marco metálico del tren de aterrizaje izquierdo».
El avión se dirigía, desde Dahran, en Arabla Saudí, a la capital paquistaní. En el momento de producirse el incidente, el aparato se encontraba a 8.800 metros.
Un grupo de técnicos saudíes se dirigió inmediatamente a Qatar para iniciar una investigación sobre lo ocurrido, en tanto que grupos de rescate patrullan la zona en que se supone cayeron los niños, en el intento de recuperar los cadáveres.
Se trata del segundo accidente que sufre, en los últimos cuatro meses, un Tri-Star de Arabia Saudí. Un incendio, generado aparentemente por un hornillo de gas, provocó el pasado 19 de agosto la muerte de 301 personas. A pesar de que el piloto consiguió realizar un aterrizaje de emergencia, con el aparato envuelto en llamas, en el aeropuerto de Riad, ningún pasajero ni tripulante pudo salir con vida.
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