El ex presidente argentino Cámpora falleció ayer en su residencia de México
El ex presidente argentino Héctor J. Cámpora, de 71 años falleció a las tres de la madrugada de ayer en la localidad mexicana de Cuernavaca, donde se encontraba descansando desde hace veinte días en compañía de su familia. Aquejado de cáncer de garganta desde hace algunos años, la muerte le sobrevino por una insuficiencia respiratoria aguda, provocada por una metástasis de pulmón.
Los corresponsales extranjeros acreditados en México conocieron la noticia a las 8.30 horas por boca del presidente de la República, José López Portillo, quien interrumpió la conferencia de Prensa, que concedía en esos momentos para informar con tono grave sobre la muerte del dirigente peronista, que lamentó profundamente.Calificó al ex presidente argentino de «viejo luchador», cuya calidad humana había tenido oportunidad de apreciar. Dijo que la presencia en México de Cámpora era un ejemplo más del esfuerzo que este país realiza por extender la tradición latinoamericana del derecho de asilo. «Lamento», añadió, «no haber logrado que su hijo pudiera acompañarle en sus últimos días».
El hijo al que aludió el presidente mexicano permanece asilado en la Embajada de México en Buenos Aires, pero los buenos oficios realizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores han chocado siempre con la negativa del Gobierno de Videla a autorizar su salida del país.
Cabe recordar que el propio Cámpora hubo de permanecer durante tres años y medio en la Embajada de México en Buenos Aires, antes de que las autoridades argentinas accediesen, ante in tensas presiones internacionales a autorizar su salida del país para que pudiera seguir un tratamiento médico de su enfermedad. En noviembre del pasado año llegó a México, donde había sido embajador argentino durante el segundo mandato presidencial de Juan Domingo Perón.
Fidelidad y compromiso
Consciente de que había sido un presidente meramente circunstancial, porque los militares impidieron que Perón se presentase a las primeras elecciones convocadas por el teniente general Lanusse, Cámpora no quiso jugar ningún papel destacado en política tras su renuncia, tres meses después de su elección. El golpe de 1976 sobrevino cuando se encontraba en México como embajador y luego de una corta etapa de autoexilio decidió regresar al país. La persecución de que le hicieron objeto los militares le forzó a asilarse en la sede diplomática mexicana.Tras la autorización militar para que pudiera viajar a México, permaneció en este país prácticamente alejado de toda actividad política. En compañía de un colega argentino instaló una clínica dental, pero su precario estado de salud no le permitió ejercer su profesión.
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