Chrysler solicita 32.000 informes de pesetas a las autoridades norteamericanas

La multinacional Chrysler, cuyo consejo de dirección se reunió el jueves último en Nueva York, ha decidido solicitar una nueva ayuda de las autoridades norteamericanas con objeto de conseguir «cuatrocientos millones de dólares (unos 32.000 millones de pesetas) suplementarios en créditos garantizados por el Gobierno, informa France Presse.La petición de esta ayuda es justificada en la necesidad de hacer frente al récord histórico de pérdidas registrado por Chrysler, que para este año se evalúan en 1.700 millones de dólares (unos 136.000 millones de pesetas), y se enmarca dentro de un plan de saneamiento financiero.

Este plan de saneamiento, aprobado por el consejo, pretende reducir la mayor parte de las pérdidas en los próximos veinte meses. Entre otras medidas propone fuertes concesiones por parte de los sindicatos que permitan a Chrysler, economizar seiscientos millones de dólares (unos 48.000 millones de pesetas) desde estas fechas a septiembre de 1982.

No obstante, la ausencia del representante de los sindicatos en el consejo de dirección de Chrysler en el momento de aprobarse el plan deja en el aire la efectividad del mismo. Douglas. Fraser, el citado representante sindical, ha manifestado que el mencionado plan, que cuestiona los acuerdos salariales en vigor, deberá ser examinado por el consejo sindical de Chrysler, que está compuesto por trescientos delegados de los trabajadores.

Chrysler no ha utilizado ochocientos millones de dólares (unos 64.000 millones de pesetas) del montante global de 1.500 millones de dólares (unos 120.000 millones de pesetas) de asistencia financiera gubernamental prevista por el Congreso. El Gobierno norteamericano ha negado recientemente nuevas ampliaciones de crédito a Chrysler hasta que esta empresa, adopte medidas que permitan confiar en un restablecimiento del equilibrio financiero de la empresa para 1983.

Cierre de Citroën en Bélgica

El ministro de Asuntos Exteriores belga, Charles Ferdinand, ha entablado conversaciones diplomáticas con las autoridades francesas sobre la decisión de Citroën-Francia de cerrar sus instalaciones belgas. Por otra parte, el ministro de Economía, Willy Claes, ha criticado severamente la actitud de la empresa automovilística francesa, que ha calificado de «inaceptable y de faltar a los más elementales principios políticos y de repeto a la concertación social».

La firma francesa adoptó esta decisión por ser mucho más eleva dos los salarios de los operarios belgas, más gravosos los costes sociales y menores las jornadas.