El 50% de los niños de Fuenlabrada sufre malos tratos y el 30% de las mujeres se declara frígidas
La explosiva situación de violencia de la población y el deterioro de las relaciones familiares de los residentes son los dos problemas más graves con que se enfrentan los dieciséis profesionales que trabajan en el Centro de Salud Municipal de Fuenlabrada, una localidad-dormitorio donde un 50% de los niños declara que les pegan en casa, un 40% ha repetido curso alguna vez, la tercera parte de las familias tiene alguno de sus miembros en paro, otro 30% experimenta una crisis en su matrimonio y cerca de la mitad de estas familias residentes ha llegado a la localidad en su segunda migración.
En una población donde se muestra patente la falta de una identidad y la ausencia de una escala de valores de los habitantes, ha sido detectada por el hecho de que el 30% de las mujeres se declara frígidas, y un 70% de los adultos tratados en el Centro de Salud sufre distintos tipos de depresiones.Los trabajos de este centro, que abarcan actividades tales como planificación familiar y ginecología, asistencia social y jurídica a las familias, orientación y asistencia psicosocial a jóvenes y adultos, comenzaron el pasado mes de julio, y la afluencia de residentes ha sido masiva. Las consultas para realizar diagnósticos, tanto de niños como de adultos, se llevan a cabo de una forma desacostumbrada en centros más o menos oficiales, y son muchas las personas enviadas de otras localidades, de dentro y fuera de la provincia de Madrid, para estudiar el sistema seguido en este centro, con el fin de aplicarlo en sus lugares respectivos.
Al enfrentarse con la realidad del pueblo, el Centro de Salud abrió sus actividades no sólo a la medicina asistencial, sino a la preventiva. Tras el estudio de la situación escolar, con un índice de niños que ha repetido curso alguna vez cercano al 40%, y casi un 20% que lo ha tenido que repetir en más de una ocasión, el equipo del centro extendió sus actividades fuera de los muros del local, y paulatinamente fue abarcando todos los centros escolares. De este modo fueron proliferando los sondeos exhaustivos, tanto para los niños como para sus padres. Los resultados fueron espectaculares a nivel cuantitativo, pero a medida en que se ahondaba en los problemas específicos se detectó que, además, a nivel cualitativo, eran escalofriantes.
«La situación de violencia para acelerar el proceso de maduración de los niños no tiene parangón», señalaba a EL PAIS Javier Alarcón, psicólogo del centro, quien añade que la situación de deterioro del ama de casa de Fuenlabrada alcanza límites parecidos. Por ello, entre las actividades desarrolladas por el centro destacan dos: una atención especial a los centros escolares, tanto de orientación a los alumnos como a los profesores, y dedicación específica a la mujer, a nivel ginecológico, jurídico y de planificación, como punto de convergencia de la familia.
Así se han comenzado las sesiones de psicoterapia y psicopedagogía a los niños, y asesoramiento, por medio de cursillos y seminarios, a los profesores. Y en cuanto a adultos, se van abriendo historias clínicas y se siguen tratamientos con seguimiento periódico. Al mismo tiempo se colabora con las asociaciones de padres de alumnos, se abren escuelas para padres y se interviene, con conferencias especializadas, en los cursos de preparación matrimonial.
«Intentamos atacar los problemas en su raíz. Hay que tener en cuenta que el 60% de las personas casadas tiene menos de 35 años, y en su mayoría tienen el puesto de trabajo fuera de Fuenlabrada, lo que reduce la relación familiar al mínimo. Esto ocasiona que el 30% de los matrimonios se encuentre en situación de crisis», indica Manuel de Miguel, psiquiatra y director del centro. «Pero no es la cifra lo más alarmante, sino la violencia que existe en la relación matrimonial», añade. Esta violencia y situación extrema se refleja en el porcentaje de mujeres que se declara frígidas, un 30% de las residentes, mientras sólo un 18% considera positivo el acto sexual y muestra interés en practicarlo.
«En estos comportamientos influye, por ejemplo», dice Javier Alarcón, «el hecho de que la mitad de los residentes ha llegado a Fuenlabrada como segunda escala en su emigración, un 45 % de las parejas está compuesto por miembros de muy distinto origen geográfico, y el 40% procede del medio rural».
Finalmente, Manuel de Miguel resalta la impotencia en que se encuentran en cuanto a medios y personas para atender a una población de 100.000 habitantes. «Tenemos que orientar nuestra actividad en un 40% a lo asistencial, y en otro 60%, a lo preventivo. No podemos más, somos un parche asistencial debido a la carencia de medios, aunque absorbemos una importante partida de los presupuestos municipales y reconocemos el esfuerzo del Ayuntamiento de Fuenlabrada».
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