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Los votantes de UCD tendrán ocasión de demandar, en 1983, o bien antes, explicaciones de ciertas actitudes del partido y, en concreto, de su grupo parlamentario, pudiendo emitir el veredicto en las urnas.Yo pregunto al señor Herrero y Rodríguez de Miñón a qué intereses representa, a los del partido, a los del país. Si es así, orgullosos debemos estar los votantes de UCD, porque nuestros intereses están siendo defendidos con toda la energía posible. Ahora bien, dudo que esos millones de electores estén de acuerdo con el planteamiento que el portavoz y otros parlamentarios tienen de la LAU.
Posiblemente beneficie a grupos religiosos, económicos, pero me permito dudar, una vez más, que sus electores estén identificados con posturas privatistas universitarias, en un momento en que la renta de todos los españoles no se caracteriza por su elevación.
Los que vemos en UCD un partido progresista y reformista, empezamos a tener serias dudas de que defiendan intereses generales algunos de sus dirigentes y no conveniencias muy particulares. /
