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Marruecos impone discretas multas a los pesqueros españoles retenidos en Casablanca

El Gobierno marroquí dio a conocer ayer, martes, las multas que deberán pagar los nueve pesqueros españoles retenidos en el puerto de Casablanca desde el viernes pasado. Las sanciones, que oscilan entre las 15.000 y 280.000 pesetas, parecen ser las más reducidas impuestas por Marruecos hasta el presente. En efecto, los barcos españoles retenidos por la Marina de guerra el viernes pasado fueron veintisiete, y no veintiséis como se informó en un principio. Siete se encuentran en el puerto de Casablanca y dieciocho regresaron a su puerto de partida en Barbate.

Las multas a Ios barcos La Aurelia y Apolo XI fueron pagadas ayer y abandonaron el puerto de Casablanca en la misma tarde.Los motivos invocados en las actas para los apresamientos son pesca en lugar prohibido para el Begamar, que deberá pagar un equivalente a 48.000 pesetas; infracción al decreto sobre pesca del 23 de dicembre de 1973 del Pirrio, condenado a pagar unas 24.000 pesetas; captura de especies prohibidas y lugar prohibido para el Rosa María Marti, que debe pagar unas 280.000 pesetas, al igual que El Nuevo Duayen, y multa de 160.000 pesetas contra el Lisoiros, per tener mallas prohibidas y pescar en sitio prohibido.

El Gestoso Alvarez, al parecer no tiene licencia de pesca y por tanto la multa que deberá satisfacer es muy superior a la de los otros ocho, y el armador, que se encuentra en Casablanca. no sabía ayer si podría satisfacerla de inmediato.

Nada se ha sabido oficialmente sobre los dieciocho barcos que regresaron al puerto de Barbate, aunque se cree que el Gobierno marroquí ha insistido ante una representación de los armadores de éstos, que se encuentra en Casablanca, para que regresen a ese puerto.

En general la Prensa marroquí ha tratado este nuevo incidente como lo que realmente es, una infracción de la legislación marroquí, sin darle mayor relieve ni dimensión política. Solamente el diario comunista Al Bayane publicó ayer un « editorial- cruzada contra bárbaros», en el que solicita el refuerzo de la vigilancia costera en Marruecos y mayor severidad en las penas contra los infractores de la legislación marroquí de pesca.

Es de lamentar, no obstante, la ausencia de preocupación que muestra el diario por los datos concretos y los hechos, pues ayer recriminaba a España no querer firmar un acuerdo global y duradero sobre la pesca con Marruecos, mientras que dos meses antes criticaba al Gobierno marroquí por no haber sometido a la aprobación de su Parlamento el tratado de pesca hispano-marroquí, que fuera ratificado en febrero de 1978 por el Parlamento español.

Asimismo, el editorialista parece ignorar que cierto tipo de barcos, precisamente los ahora detenidos, pueden faenar en el interior de las doce millas marroquíes en virtud de los pactos bilaterales vigentes. La prueba es que las actas de apresamiento establecidas ahora por la Marina real marroquí no hablan de doce millas, sino del sur de Larache, que sí es zona prohibida para estos barcos.

Expectación y pesimismo en Barbate

El ambiente en Barbate en torno a los últimos sucesos relacionados con sus barcos de pesca es de una gran expectación y un cierto pesimismo. En el pueblo se está a la espera de los resultados que obtenga la delegación que ha viajado a Casa Blanca para mantener contacto con las autoridades de Marruecos. Los dieciocho barcos presuntamente fugados de la vigilancia marroquí continúan atracados en el puerto de Barbate y la, mayoría de los trabajadores de éstos no parecen dispuestos a marchar para Casablanca, apoyando la postura ya conocida de los armadores, según informa nuestro corresponsal en Cádiz, Fernando Santiago.La Asociación de Armadores de esta población ha hecho pública una nota en la que se reafirma en la versión facilitada ayer por EL PAIS, de fuentes de la comisión desplazada desde Barbate a Marruecos. También se asegura que «resulta incomprensible que la autoridad civil española indique que estos buques se trasladen al puerto de Casablanca, conminándoles con la adopción de las más duras medidas contra los infractores por la razón de que, al carecer de patrón y rol, no pueden ser despachados para ninguna salida a la mar por las autoridades de la Marina española, según previenen las disposiciones legales vigentes, y por la obvia evidencia de no poder ser considerados de antemano infractores al no estar ni siquiera formulada hasta el momento ninguna acusación contra los buques por las autoridades marroquíes». Los armadores aseguran que prefieren perder las licencias de pesca a las artes, que valen aproximadamente unos seis millones de pesetas cada una.

La flota de pesca de Barbate la componen unos 55 barcos, contándose con 33 licencias para faenar en aguas de Marruecos, que se distribuyen entre el conjunto de los barcos utilizando turnos trimestrales rotatorios. Los otros quince barcos que actualmente tienen licencia en esta población también han vuelto a su puerto por temor a un apresamiento y están trabajando con el resto de la flota barbateña en aguas del golfo de Cádiz.

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