El
ministro austríaco de Asuntos Exteriores, Willibald Pahr, debió quedarse perplejo el pasado domingo cuando, en la sala de autoridades del aeropuerto de Barajas, se le informó que tenla que comprar otro billete para regresar a su país, ya que no se podía cambiar el que tenía para las cinco de la tarde por otro valedero para cuatro horas antes. La razón que se le dio fue que Iberia podía cambiar su billete a París por otro a Zurich, pero no podía cambiar el trayecto París-Viena por el de Zurich-Viena, ya que éstos los realiza la compañía Austrian Airlines, a la que, por ser domingo, no había posibilidad de informar de la variación.Ante esta situación, el ministro, su jefe de departamento y uno de los representantes austríacos en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, que acompañaban al ministro a Viena, intentaron reunir el dinero suficiente sin conseguirlo, por lo que el embajador austriaco tuvo que mandar a su chófer a casa para recoger su tarjeta de crédito personal con el fin de pagar las 76.800 pesetas de los tres pasajes.
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