España quiere prorrogar el actual régimen de licencias pesqueras en aguas de la CEE
La delegación española ante la Comunidad Económica Europea (CEE) propondrá hoy a los representantes comunitarios una prórroga del actual régimen de licencias y capturas pesqueras en aguas de los nueve, al menos mientras el Consejo de Ministros de la CEE no se ponga de acuerdo sobre las cantidades globales que pueden ser pescadas sin perjudicar la conservación de las especies.Los negociadores españoles se muestran, sin embargo, pesimistas sobre el desarrollo de esta segunda «ronda» de conversaciones sobre la pesca. En la primera, celebrada el pasado día 17, la CEE «ofreció» 7.000 kilos de merluza y unas setenta licencias, lo que supone una reducción de, aproximadamente, el 40% respecto a las capturas autorizadas para 1980.
La «oferta» de la CEE, ajuicio de los expertos españoles, no se basa en ninguna argumentación seria. En efecto, los nueve no se han puesto aún de acuerdo entre ellos mismos sobre las cantidades de pescado que pueden ser capturadas en sus aguas ni sobre la parte que cada uno se reserva.
El último Consejo de Ministros de la Pesca de la CEE se levantó después. de 48 horas de discusión, sin que se llegara a una solución. Gran Bretaña -bajo cuya jurisdicción se encuentra el 60% de todas las reservas de pescado de la CEE- había mantenido hasta entonces una actitud inflexible, exigiendo que sus pesqueros pudieran reservarse cerca de un 50%. Gracias a las presiones de la República Federal de Alemania, Londres aceptó, en este último Consejo, una reducción de hasta el 35%, pero fue entonces Francia quien se negó a suscribir el acuerdo, por considerar que la cuota que se le asignaba era «ridículamente pequeña».
Conservar las especies
Los comunitarios -que intentan construir la Europa Azul desde hace más de dos años, sin éxito- argumentan que es necesario reducir las cantidades totales pescadas cada año para evitar la desaparición de determinadas especies marinas. Según la política pesquera esbozada por la comisión, se trata de proteger sobre todo el derecho de las poblaciones cesteras, que tendrían derecho preferente a capturar el pescado. Sin embargo, en esta última reunión del Consejo de Ministros se comprobó que Dinamarca ha venido realizando capturas enormes, no para proteger su pesca artesanal, sino para desarrollar su industria de harina de pescado.
El enfrentamiento particular entre los nueve perjudica las negociaciones en España, a juicio de los expertos de nuestro país, para los que la reducción del 40% propuesta el pasado día 17 sobrepasa todas las impresiones pesimistas que se venían recibiendo desde hace semanas. Ante la aparente inflexibilidad de la delegación de la CEE, Madrid estima que lo más aconsejable sería prorrogar el actual régimen de licencias, que, en principio, debe finalizar el próximo 31 de diciembre.
Como muestra de «buena voluntad », y a fin de disipar cualquier «nube» que pueda entorpecer lateralmente la negociación, España anunció privadamente, el pasado día 17, a Irlanda que estaba dispuesta a enviar la famosa y «secreta» carta de renuncia a sus derechos históricos en las aguas de ese país, con una sola condición: supeditar el acuerdo a la posterior ratificación por parte del Parlamento español, tal y como establece la Constitución. Salvado este obstáculo, el acuerdo marco que regula las relaciones de pesca entre nuestro país y la CEE podrá entrar en vigor.
Dado que los barcos comunitarios no realizan prácticamente capturas en nuestras aguas y que Madrid no puede presionar con la amenaza de realizar una reducción semejante a la que propone la CEE a España, la Administración española parece haber insinuado a los comunitarios la posibilidad de contingentar las importaciones.
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