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Analistas privados acusan a la deuda pública de estimular el encarecimiento de los tipos de interés

La deuda pública ha sido la protagonista de la primera sesión del encuentro sobre «El mercado financiero que se inició ayer en Barcelona en la sede de Banca, Catalana, organizado por Eurofórum, y en el que intervienen destacados especialistas del sector privado y algunos del sector público. Las posiciones de ambas partes fueron bastante poco coincidentes, ya que mientras los privados estiman que las emisiones de deuda pública del Estado distorsionan el mercado y provocan alzas en los tipos de interés, perjudicando la inversión, los representantes del sector público rechazan estas acusaciones.

La defensa de la deuda pública corrió a cargo de dos representantes del sector público, el director de servicio de estudios del Banco de España, Pedro Martínez Méndez, y el responsable de las emisiones en el Ministerio de Hacienda, Otero. Para Martínez Méndez, la emisión de deuda pública a corto plazo es una necesidad para poder disponer de un mercado monetario mejor del que existe en estos momentos, y vendría a cubrir las necesidades financieras, en parte del Tesoro, que, al no disponer de este tipo de deuda, debe endeudarse en el Banco de España.Martínez Méndez señaló que la deuda pública en España tiene volumen cuantitativamente muy bajo aún en comparación a otros países y que en el futuro seguirá creciendo, aunque señaló que «el Estado deberá en el futuro minimizar al máximo posible sus costes en estas emisiones», que, por otra parte, «deberán estar cada vez más próximas a los tipos de interés del mercado». Abogó también por una mayor coordinación entre el Tesoro y el Banco de España a la hora de realizar las emisiones.

El representante del Banco Urquijo, César Alierta, criticó las emisiones de deuda tal y como se están haciendo por el Estado en estos momentos. En una situación de falta de inversión, como la que hoy padecemos, señaló, la deuda pública está contribuyendo a subir los tipos de interés del mercado, pues ofrece rentabilidades por encima de1,20%, que las empresas privadas deben superar para conseguir colocar sus propias emisiones, produciendo así una carrera alcista en los tipos de interés del mercado.

El representante del Ministerio de Hacienda, Otero, se defendió de algunas de estas acusaciones, aunque manifestó que las últimas emisiones de deuda pública habían venido ofreciendo tipos de interés cada vez más elevados para hacerlas atractivas al inversor, lo que se había conseguido en parte, ya que de la emisión de junio de 1978 sólo el 23% del total de la emisión de deuda pública había sido suscrita por particulares, mientras que en la de mayo de este año ese porcentaje había sido ya del 85%. Sin embargo, Otero puso de relieve las dificultades que el Tesoro ha tenido a lo largo de este año para colocar los 100.000 millones de pesetas de deuda que se le habían fijado como objetivo en el Presupuesto.

Blas Calzada, jefe de estudios de la Bolsa de Madrid, analizó el comportamiento de la Bolsa en estos últimos años, señalando que las empresas que están en el mercado bursátil han sufrido menos el estrés financiero que ha padecido el país. La Bolsa suministra actualmente sólo el 5% de la financiación empresarial, aunque hace años este porcentaje era del 10% y parece difícil que en el futuro, si la situación no mejora, se logre superar esta barrera, por lo que de la Bolsa no se puede esperar mucho más. Una de las reacciones de las empresas en la Bolsa, estos últimos años, ha sido la de elevar fuertemente los dividendos repartidos, que se han duplicado en poco tiempo.

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