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Millón y medio de vehículos y 50.000 calefacciones harán irrespirable el aire en las próximas semanas

Pese al estupendoejemplo del otoño pasado, en que la ciudad vivió bajo una espesa y sucia capa gris negruzca (últimos días de noviembre y primeros de diciembre) durante dos semanas y se superaron en ocasiones los límites de emergencia en contaminación atmosférica, las autoridades provinciales y locales no han tomado medidas importantes para evitar que estas situaciones se puedan repetir, como es previsible, en las próximas semanas. En aquellos días, según técnicos en medio ambiente, hubo que cargar a las espaldas de la contaminación un total de setecientos muertos adicionales. Un total de millón y medio de vehículos y 50.000 calefacciones centrales volverán a hacer irrespirable el aire de Madrid.

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Medidas necesarias para erradicar la contaminación

«Peor que estar enfermo es tener un mal médico », escribía Quevedo. El año pasado, en los días comprendidos entre el 25 de noviembre y el 8 de diciembre, la contaminación en Madrid adquirió proporciones alarmantes, muy por encima de lo que se considera admisible. En las próximas semanas, si las lluvias no lo impiden, la situación puede volver a repetirse.Cuando ha pasado un año todo sigue prácticamente igual, salvo algunos retoques: estacionamiento limitado en el centro, regulación de la carga y descarga y reivindicación por parte del Ayuntamiento de mayores competencias para combatir la polución. Las causas que originaron la grave contaminación siguen inalteradas, las medidas previstas para atajarla son tan ineficaces como las pasadas, y no se atisba ningún plan serio para erradicar la contaminación.

Vehículos, calefacciones e industrias son los principales emisores de sustancias contaminantes, más o menos a partes iguales, aunque las causas son más profundas.

Transportes contaminantes

El irracional crecimiento de Madrid, con la proliferación de ciudades-dormitorio y la disociación entre lugar de vivienda, trabajo y ocio, ha multiplicado la necesidad de desplazamientos, cada vez más frecuentes y distantes, sin que ello haya ido acompañado por una mejora de los transportes públicos; al contrario: se han suprimido los únicos vehículos de superficie no contaminantes (tranvías y trolebuses); el plan de ferrocarriles lleva varios años de retraso, y Metro y autobuses son utilizados hoy por menos usuarios que en 1974. Mientras, el parque deautomóviles privados ha pasado de 300.000 turismos en 1967 a más de 1.200.000 en la actualidad. Hoy circulan por Madrid más de un millón y medio de vehículos de todo tipo, entre los que hay que incluir 150.000 camiones y furgonetas, 8.000 autobuses y 15.000 taxis.

Por cada litro de gasolina que se consume se emiten a la atmósfera 360 gramos de monóxido de carbono, diez de óxidos de nitrógeno, treinta de hidrocarburos y uno de partículas (plomo, etcétera). Y en Madrid se consumen diariamente casi tres millones de litros de gasolina. El monóxido de carbono se combina 210 veces más rápidamente con la hemoglobina de la sangre que el oxígeno, formando la carboxihemoglobina, que impide la oxigenación de los tejidos. Efectos: dolor de cabeza, cansancio y dificultad para respirar.

Pero no sólo contamina el transporte privado, sino también el público: casi la tercera parte de la flota de la EMT labría de ser precintada si se aplicase la legislación estrictamente.

Si ya fue bastante erróneo convertir a Madrid en el segundo centro industrial del país, aún más fue la ubicación de las industrias más contaminantes en la zona sur -Getafe, Villaverde, pueblo de Vallecas-, donde los vientos del Suroeste empujan sus humos en dirección Usera-Atocha. Sólo en Villaverde se localizan 84 industrias contaminantes muy próximas a núcleos residenciales, con casos muy graves de contaminación por plomo, como Mesae.

Todavía quedan en Madrid muchas industrias autorizadas a utilizar combustibles inadecuados, más cuando se trata de zonas de atmósfera contaminada y con gran densidad de población. Algunas de las industrias madrileñas más contaminantes son: Mesae, Hierros Madrid, El Aguila, Aristrain, Boetticher y Navarro, Industrias Castellanas, Esteban y Bartolomé, Laminaciones Villaverde, Fundación Mata y Cía., Ruedarsa, Galvanizados Torres, Clesa, Tabacalera, Papelera Luis Montiel, Papelera Peninsular, Portland Valderribas, Sociedad Española de Metales Preciosos, Cross, Silicatos Anglo-Españoles, Trefiladora Madrileña, Francisco Portillo, Pavimentos Asfálticos y Cerámica Mirasierra.

En la provincia de Madrid aún se consumen anualmente más de 400.000 toneladas de fuel pesado.

La mayor parte de los edificios construidos en los últimos años carecen de muros gruesos o de cualquier medida de aislamiento térmico, lo que, unido al aumento del nivel de vida, ha traído consigo la extensión de la calefacción central. Las 50.000 calefacciones centrales de Madrid, por lo general, están mal reguladas y mantenidas, tienen un bajo rendimiento térmico, utilizan combustibles inadecuados y son el principal foco de emisión del anhídrido sulfuroso, que, como es sabido, en combinación con el aire, se oxida, y en contacto con partículas de agua puede llegar a producir ácido sulfúrico. El anhídrido sulfuroso agrava el asma, la bronquitis y el enfisema pulmonar.

La mayoría de las calefacciones son de gasóleo o carbón (sólo de este último se queman todos los años 150.000 toneladas), mientras que las menos contaminantes, las de gas, sólo representan una mínima parte.

La lluvia no elimina totalmente la contaminación

La emisión de contaminantes es constante, salvo los fines de semana, pero, según las circunstancias metereológicas, se difunde mejor o peor. En situaciones anticiclónicas, sin lluvias ni vientos, se producen las temidas inversiones térmicas y la contaminación no se dispersa, disparándose los índices de inmisión (cantidad de contaminantes por unidad de aire), lo que, al menos, sirve para que nuestras autoridades se preocupen, ya que, de ir al meollo del asunto, es decir, atacar la contaminación en sus raíces, allá donde se emite, por ahora, nada o casi nada. .

Por ahora, lo único que existe es

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