El atentado de Pekín, atribuido a contrarrevolucionarios

ENVIADO ESPECIAL

Los responsables de la seguridad pública de China han atribuido a «elementos contrarrevolucionarios» la explosión de una bomba en la estación ferroviaria de Pekín, el 29 de octubre pasado, que ocasionó diez muertos y 81 heridos. Este atentado causó gran alarma en este país, por lo infrecuente de tal tipo de hechos, y ha dado pie al órgano oficial del partido comunista, Diario del Pueblo, para lanzar a los dirigentes y cuadros la consigna de incrementar el «esfuerzo de explicación» al pueblo sobre las dificultades que atraviesa el país.

Las autoridades atribuyen la autoría del atentado, exclusivamente, al ex militar Gua Zhi Gan, de treinta años, que murió en el acto por la explosión de su propia bomba. Sin embargo, el órgano oficial del partido comunista menciona la existencia de un «pequeño número de descontentos», que podrían convertirse en «enemigos del pueblo».

No obstante, lo que llama principalmente la atención es el reconocimiento de que China atraviesa serias dificultades, y que es necesario hacer comprender a las masas la imposibilidad de resolverlas todas de inmediato. El Diario del.Pueblo asegura, en su comentario editorial de ayer, que todos los problemas podrán resolverse con tiempo y con un esfuerzo generalizado, no pidiendo al Estado más de lo que éste puede dar.

El texto contiene una mención, habitual en la mayor parte de los textos políticos de China, a que las dificultades actuales son la consecuencia del período en que Lin Piao y la «banda de los cuatro» convulsionaron el país con los excesos de la revolución cultural. El proceso contra la banda, ampliado con el de seis partidarios de Lin Piao, tendrá lugar la semana próxima, en Pekín, si bien no existe seguridad alguna en cuanto a la fecha exacta. Algunas especulaciones de observadores occidentales apuntan la posibilidad de que la bomba de la estación estuviera relacionada con la proximidad del juicio a «los diez».