Dificultades del Gobierno británico para controlar la masa monetaria

El Gobierno británico tiene problemas con el control de la masa monetaria. Cifras publicadas esta semana por el Banco de Inglaterra indican un aumento de la oferta monetaria de un 2% en el último mes.Esta oferta monetaria viene definida por el Banco de Inglaterra como Sterling m-3, es decir, el dinero en manos del público y banca privada en billetes, monedas, cuentas corrientes y cuentas de depósitos. Estas cifras significan, pues, un crecimiento monetario anual de un 24% o al menos, de un 19% si se introducen ciertas correcciones. Es, por tanto, más del doble de lo que el Gobierno esperaba, y que se situaba entre el 7% y el 11 %.

El Gobierno no parece muy preocupado por este hecho, al pensar que el ritmo de crecimiento de la oferta monetaria cederá en lo que queda de año. La deuda pública seguirá, sin embargo, aumentando en los próximos meses, debido a la recesión económica.

Por ello, el gasto público se verá principalmente afectado en las asignaciones a los departamentos gubernamentales, dado que se espera que las industrias nacionalizadas absorban una parte considerable de los fondos disponibles.

Pese a las recomendaciones de la confederación de la industria británica para que se reduzca en un 4% el tipo de interés, no parece que el Gobierno esté dispuesto a dar este paso. Por el contrario, ha indicado que podría aumentar los impuestos indirectos, y algunos ministros piensan que podrían seguir este camino las imposiciones sobre la renta.

El Gabinete se reunió ayer, por tercera vez en ocho días, para discutir las reducciones en el gasto público. Se cree que se han establecido ya los programas para algunos departamentos, y que ahora se abordará la cuestión de los Ministerios más conflictivos. La reducción de los gastos de defensa parece no haber sido aún resuelta.

El ex primer ministro conservador Edward Heath, criticó duramente la política monetarista de Margaret Thatcher durante una discusión radiada con Milton Friedman, la noche de las elecciones americanas. Tahtcher se defendió ayer en el Parlamento de estas críticas, indicando que el Gobierno debía tener la valentía de seguir la política iniciada.