El PSOE sólo pactará la ley Electoral y las autonomías en un acuerdo global de gobierno
El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González, concretó a un grupo de informadores, en un largo encuentro que concluyó a primera hora de la madrugada de ayer, su visión personal sobre las perspectivas que se abren a un Gobierno de coalición con participación socialista, habida cuenta de la proliferación de luces rojas de alarma que se encienden incesantemente y ponen en peligro la democracia. Sólo en el marco de la asunción de responsabilidades de gobierno aceptaría el líder socialista un acuerdo sobre la ley electoral y el desarrollo autonómico global. «No más consensos parciales», parece ser el nuevo lema felipista.
En materia de terrorismo propugnó mayor energía y gestos psicológicos capaces de crear con Fianza en la población. En el ámbito de la primera situó la decisión -que de ser Felipe González el responsable, asumiría con toda tranquilidad- de cerrar automáticamente tres periódicos que llaman al golpe de Estado o a la insurrección permanente. No especificó cuáles serían, pero sobremesa quedó que setrataría de los diarios El Alcázar y Egin y una publicación denominada El Heraldo. En cuanto a los gestos de impacto psicológico, Felipe González estimó necesario explicar al pueblo vasco el fenómeno terrorista y concretamente, el riesgo para las libertades que significa el no aislamiento de ETA. No encontró disculpable ni razonable la ausencia de Adolfo Suárez en los funerales por miembros de su partido asesinados, y recordó, en contraste con esta actitud, la presencia de la Reina en la catástrofe de Ortuella y su propio viaje al País Vasco con motivo del atentado contra un joven socialista (Germán González).
No "absoluto" a negociar con ETA
El secretario general del PSOE descartó en este momento, y para el futuro, la negociación con ETA absolutamente, incluso desde una posición de Gobierno. Como solución para el problema vasco declaró conveniente apoyarse en el factor emocional que suscita el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que aglutina desde sectores trabajadores a millonarios. Propugnó dar desde el Gobierno central al Gobierno vasco las competencias que sean capaces de asumir y más de las que sean capaces de desempeñar, para impedir que se alimente el argumento de que el Gobierno de Madrid frena.Durante la reunión citada con los informadores, organizada por el periodista Julián Cortés-Cavanillas, en el restaurante Calycanto, Felipe González fue interrumpido por la llamada de Txiki Benegas, quien le daba cuenta, desde el País Vasco, del atentado que costó la vida a cuatro guardias civiles en Zarauz. El líder socialista aludió a la poca aceptabilidad del Gobierno actual, tanto en la calle como en los cuarteles. Preguntado por el grado de aceptación del PSOE entre los militares, contestó que es algo menor que entre los empresarios. y aseguró que no aumentará hasta que se abandone la tesis, perfectamente estúpida, según dijo, del antimilitarismo militante. En todo caso, destacó el dato de que UCD cada vez cuente menos con el respaldo de los que deberían ser sus apoyos logísticos naturales: empresariado, jerarquía eclesiástica y Fuerzas Armadas.
Felipe González se mostró en todo momento respetuoso con la Constitución y con las normas democrática, en virtud de las cuales Adolfo Suárez ocupa la Moncloa. pero sin descartar que en un determinado momento el grado de crispación o de inquietud aconsejara a determinadas instituciones hacer un gesto que pudiera desencadenar una crisis para la que el PSOE quiere estar preparado por si es preciso meter el hombro para impedir que la democracia fracase en este país. Siempre en el terreno de las hipótesis, Felipe González analizó las posibilidades que podrían producirse si el Gobierno no logra sacar los Presupuestos en el Parlamento. Manifestó que podría no darse por enterado, dimitir (actitud que González no concibe en Suárez), apertura de una crisis para incorporar al Gobierno otras minorías parlamentarias o disolución de las Cámaras.
"Sin democracia yo no podré vivir aquí"
Por cualesquiera de las vías constitucionales, y partiendo siempre del deterioro creciente de la situación, el líder socialista contempla como probable la asunción por el PSOE de tareas de Gobierno, ante la que desea estar preparado, en lugar de perderse en críticas esterilizantes o en la discusión estúpida y bizantina sobre Gobierno de coalición sí/Gobierno de coalición no. Lo importante para Felipe González es un programa que permita sacar la democracia adelante («entre otras cosas, porque sin democracia yo no podré vivir aquí, mientras que otras muchas personas son ministros con democracia y lo fueron sin ella»).Sólo en el marco de una operación política global, con participación del PSOE en las responsabilidades de Gobierno, concibe Felipe González un acuerdo sobre la ley Electoral, y un planteamiento concorde sobre el desarrollo autonómico, que permita a los partidos de ámbito estatal hacer el Estado federal o el autonómico, pero desde una concepción nacional y española que impida situaciones como las protagonizadas hasta ahora por el Gobierno al dar dinero al enemigo de su enemigo.
Revolucionarios "de café"
Frente a quienes creen, dentro del PSOE, que la entrada en el Gobierno obligaría al partido a girar a la derecha, Felipe González se empleó con especial dureza, denominándoles revolucionarios de café. Estimó que el gran peligro para el socialismo reside en el terrible conservadurismo ideológico, de estas posturas, que mantienen esquemas políticos del siglo XIX y presupuestos ideológicos sin vigencia, por el hecho de que hace setenta años un señor pronunciara un dogma. Encasillar la mente es la destrucción de un partido de izquierdas, dilo.Criticó especialmente la falta de alternativa desde estas posiciones meramente descalificadoras. Frente a tales actitudes, destacó la moderación de Pablo Iglesias y el orgullo de Largo Caballero por haber creado, tras pasar por muchos campos de concentración, una sociedad de autoprotección de trabajadores. En cambio, las nacionalizaciones, que, según Felipe González, propugnan estos sectores discrepantes con la dirección, está por demostrar que sea una técnica socialista y en todo caso está claro que las hizo De Gaulle en Francia y los democristianos en Italia. Estimó, por el contrario, como interesantes iniciativas socialistas las cooperativas de consumo suecas.
La reunión se Inició con las críticas de Felipe González contra el Gobierno por la Inoportuna gestión oficial en Argelia para la liberación de los pescadores apresados por el Frente Polisario, en coincidencia con la visita a Argel de una delegación socialista. El líder socialista consideró que la llegada de Pérez-Llorca a Exteriores significa un retroceso respecto a Oreja, que hacía una diplomacia «de libro de texto».
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