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15.000 personas se manifestaron en San Sebastián contra el terrorismo, convocadas por los principales grupos políticos

Quince mil personas salieron el domingo a las calles donostiarras para manifestarse «por la paz y contra el terrorismo», convocadas por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), Unión de Centro Democrático (UCD) y Partido Comunista de Euskadi (PCE-EPK). La concentración transcurrió rodeada de incidentes. Los manifestantes llegaron a las manos en varias ocasiones con grupos reducidos que pretendieron boicotear la marcha; devolvieron las piedras que éstos lanzaban y, en cierto modo, les persiguieron a la carrera, obligándoles a disolverse. Los locales del PNV de Rentería sufrieron a lo largo de la jornada dos intentos de asalto.

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Como se había anunciado, al acto del domingo asistió el secretario general de UCD, Rafael Calvo. Se encontraban presentes también el secretario general del PSE-PSOE, José María Benegas; Carmen García Bloise, de la ejecutiva del PSOE; el diputado socialista por Guipúzcoa Enrique Múgica, Antton Jaime, presidente del consejo provincial del PNV; los parlamentarios de este partido Andoni Monforte, Gerardo Bujanda y Joseba Elosegui; el presidente de UCD vasca, Jesús María Viana; el secretario centrista, Jaime Mayor; dirigentes de UCD de Alava y Vizcaya, como Alfredo Marco, Pilar Aresti y Julen Guimon, y dirigentes provinciales del partido comunista.No asistieron ni el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, ni el gobernador general del País Vasco, Marcelino Oreja, quienes excusaron su presencia argumentando que no consideraban oportuno participar en un acto organizado por los partidos políticos. Se encontraban presentes. sin embargo, los consejeros del Gobierno vasco Pedro Etxenique (Educación) y Ramón Labayen (Cultura).

Momentos antes de las doce fueron formándose en la plaza del Buen Pastor, lugar escogido como punto de partida, grupos numerosos de participantes. Pudo verse allí al antiguo presidente del Gobierno vasco en el exilio, Jesús María Leizaola, aunque luego no ocupó lugar destacado de la manifestación. A las doce en punto, en un clima de cierto nerviosismo, se formó la cabeza de la manifestación con las personalidades citadas, que se dirigió hacia el paseo de los Fueros, por la calle de San Martín.

A pocos metros se registró el primer incidente, con un centenar de jóvenes que gritaban, desde una calle transversal «Vosotros faseistas, sois los terroristas», «policía asesina», «las torturas, ¿no son terrorismo?» y «gora ETA Militarra». Cuando las primeras filas habían sobrepasado este grupo, hubo enfrentamientos verbales, que derivaron en golpes, puñetazos y patadas, entre participantes en la manifestación y los que pretendían boicotearla. A partir de este momento pudo apreciarse cómo algunos grupos de jóvenes, en su mayoría del PNV y PSE, se distribuían cada cierto trecho entre los manifestantes, en previsión de nuevos incidentes.

Mientras la marcha proseguía, en silencio y sin ninguna pancarta ni símbolo externo, cruzando hacia el barrio de Gros por el puente de Santa Catalina, el otro grupo avanzaba a un centenar de metros, en paralelo. En la zona de Gros abandonaron la manifestación algunas personas, que en muchos casos habían acudido con niños.

Cuando la manifestación se disponía a cruzar el puente del Kursaal, para volver de nuevo al centro de la ciudad, el grupo contrario se situó en el otro extremo, después de haber cruzado un autobús, al que pincharon las ruedas, para tratar de cerrar el paso. A pesar de que las opiniones se dividieron y algunos manifestantes preferían dar la vuelta y seguir en dirección contraria, prevaleció el criterio de cruzar el puente. Cogidos del brazo, formando cadena, avanzaron las primeras filas, recibiendo insultos y monedas que se les arrojaban desde el lado contrario, mientras arreciaban los gritos de «gora ETA Militarra» y «PNV traidor». Algunos reventadores llevaban la cara tapada con pañuelos.

Pedradas contra los manifestantes

Cuando las dos formaciones se encontraron formando bloques opuestos a muy escasa distancia, comenzaron los enfrentamientos físicos. La cabeza de la manifestación logró abrirse paso, en medio de fuertes empujones y golpes que protagonizaron también varios dirigentes políticos, dejando atrás el autobús cruzado sobre la calle.Ya en el bulevar, los contramanifestantes la emprendieron a pedradas, que alcanzaron a varias personas, causándolas heridas leves. Se produjeron entonces algunas carreras. Uno de los que participó en la persecución de los agresores fue Jesús María Viana, presidente de UCD vasca, que dejó atrás la cabeza de la marcha.

En medio de la confusión se presentaron varios vehículos de la Policía Nacional. Siete policías, al mando de un cabo primero, dispararon pelotas de goma contra los provocadores, que se habían apostado en una calle transversal al bulevar, desde donde continuaban su hostigamiento. Ert cierto momento los policías trataron de entrar en esa calle, para seguir disparando. Sin embargo, los manifestantes que marchaban en cabeza, fundamentalmente dirigentes políticos, y los jóvenes que actuaban como improvisado servicio de orden y las escoltas de personalidades, persiguieron a los agresores y solicitaron a la policía que se retirara, cosa que hizo cuando se lo pidió Viana. Se escucharon entonces fuertes aplausos.

Cuando parecía que los ánimos se habían calmado y la manifestación se disponía a seguir hacia la plaza de Guipúzcoa, una pedrada alcanzó en la cara a un hombre, lo que provocó una reacción inmediata. Después de que alguien gritara «a por ellos», centenares de personas corrieron hacia quienes lanzaban piedras, obligándoles a desalojar las esquinas donde se parapetaban.

Pasadas las 12.45 horas, en la plaza de Guipúzcoa, frente a la Diputación Foral, se dio por finalizada la manifestación.

En cuanto al número de participantes -todos ellos de Guipúzcoa- en la manifestación, cuya convocatoria se dio a conocer el viernes por la noche, y de la que no se hizo más publicidad que las, informaciones de Prensa, la cifra que ofrecen los partidos varía notablemente, desde los 60.000 de UCD, hasta los 10.000 del PNV. Un cálculo aproximado, teniendo en cuenta que los manifestantes ocupaban novecientos metros desde la cabeza hasta la cola, situaría esta cifra en torno a las 15.000 personas.

En Rentería, donde había sido convocada una manifestación de protesta por el juicio que tendrá lugar el jueves, en Madrid, contra el diputado del Parlamento vasco por Herri Batasuna, Iñaki Pikabea, algunos exaltados trataron de asaltar el local del PNIV, al tener conocimiento de lo sucedido en San Sebastián.

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