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Hiro Hito considera la visita de los Reyes de trascendental importancia para las relaciones hispano-japonesas

Los Reyes de España, Juan Carlos y Sofia, iniciaron, en la mañana de ayer, su visita oficial a Japón con una sobria y emotiva ceremonia que se celebró en el parque central del palacio Akasaka, residencia de los huéspedes hispanos. A dicho parque llegaron en automóvil, para participar en el acto, el emperador Hiro Hito, los príncipes herederos y miembros del Gobierno. Durante su primera jornada, don Juan Carlos conversó con el emperador, recibió al primer ministro, Zenko Suzuki, y a representantes del Parlamento y de los medios económicos y financieros de este país.

Como lo afirmó el propio emperador Hiro Hito en la cena. de gala que anoche ofreció a los Monarcas, ésta es una visita de Estado. En efecto, en contraste con la anterior etapa de los Reyes en Kuwait, las cuestiones económica y política no ocupan el primer plano de este desplazamiento, que el emperador calificó de una trascendental importancia para el futuro de las relaciones hispano-japonesas.Qué duda cabe que surgirán, o que han surgido, cuestiones de interés político y económico en el diálogo que tanto el Rey como el ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, mantienen en la capital japonesa. En el plano político interesa a España conocer la opinión de Japón sobre las crisis más importantes del momento actual en el mundo: guerra irano-iraquí, situación de Afganistán, elecciones norteamericanas, y, por qué no, la Conferencia Europea sobre Seguridad, que ha de abrirse en Madrid. También aquí es de interés para España el conocer la opinión japonesa sobre la situación estratégica. del sureste asiático y analizar la eventualidad de que este país decida reformar su Constitución y volver a contar con un importante ejército.

En el plano económico, los temas son más concretos, sobre todo porque necesitan de un instrumento adecuado que regule las relaciones comerciales entre ambos países. El acuerdo de 1966 está caduco y no sirve. Los japoneses, que sufren la discriminación comercial por parte de España frente a terceros países, quieren un nuevo contrato que puede iniciarse su discusión en los próximos meses. España quiere que las empresas japonesas y sus más importantes consortes financieros aporten tecnología e inversiones de capital en la Península Ibérica. No obstante, estas cuestiones no han sido abordadas en detalle en este encuentro, en el que, curiosamente, y a pesar de ser Japón toda una potencia económica y comercial, no participa ningún responsable directo del Gobierno de la política económica.

Este hueco lo han ocupado las cámaras de comercio y la CEOE, que al más alto nivel se trasladaron a Tokio para mantener conversaciones políticas y profesionales con dirigentes de este país, al amparo del rey Juan Carlos y de su presencia oficial en estas latitudes.

Carlos Ferrer Salat, presidente de la CEOE, declaró a EL PAIS que, desde ahora, la Confederación de Empresarios asistirá a los viajes de Estado, al igual que ocurre en Francia, y disputará, en lo que a su competencia se refiere, el protagonismo de Exteriores que hasta ahora ostentaban las cámaras de comercio. El empresario español añadió que han sido recibidos por el ministro de Estado encargado de la planificación económica y por el ministro de Industria, y que ha mantenido conversaciones con los representantes de la patronal japonesa Keidariren. Añadió Ferrer Salat que está de acuerdo con que España y Japón negocien un nuevo acuerdo, siempre y cuando se revisen uno por uno los productos que en él se incluyen, y destacó, finalmente, las posibilidades de inversión que España tiene, citando de manera completa el sector turísticos, las industrias y las emisiones bancarias.

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En la primera jornada, los Reyes han participado en un apretado programa, que se inició, a las diez de la mañana, en el patio central del palacio de Akasaka, donde le fueron rendidos honores militares al Rey de España, una vez que fuera saludado por el emperador Hiro Hito y por los príncipe herederos. Posteriormente, don Juan Carlos ha conversado con el primer ministro, con una delegación de parlamentarios y con un grupo de empresarios de los medios comerciales y financieros de este país. Por su parte, la Reina visitó en el palacio imperial a la emperatriz Nagako y asistió a una exhibición de decoración floral y de quimonos.

Por la noche, los Monarcas participaron en la cena de gala que el emperador Hiro Hito les ofreció en el palacio imperial, en el que ambos jefes de Estado pronunciaron discursos con alusiones a la llegada a Japón, en el siglo XVI, de san Francisco Javier. Don Juan Carlos, en sus palabras, hizo alusión a la similitud de muchas costumbres y actitudes de los pueblos de España y Japón, y concluyó su discurso haciendo votos en favor de una progresión de las relaciones entre ambos países. Con anterioridad, se había celebrado un intercambio de condecoraciones en el que don Juan Carlos entregó el Toisón de oro al emperador, y éste, el collar del Crisantemo al Rey de España.

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