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Incidentes en Palmera, SA, ante la grave situación empresarial

Trabajadores de Palmera-Juan Vollmer, SA, la mayor fábrica española de herramientas, protagonizaron ayer una sentada de casi una hora en el puente internacional de Santiago, obstaculizando el tráfico fronterizo, para llamar la atención sobre los problemas de la empresa, «que pueden llegar al colapso y dejar un millar de parados si no se consiguen las fuentes de financiación precisas». La acción de protesta finalizó pacíficamente a media mañana, a requerimiento de la policía.

El incidente de ayer forma parte de las movilizaciones que los trabajadores de la empresa de Irún han llevado a cabo para presionar a los organismos públicos y los bancos, hasta ahora sin resultado positivo.Palmera cuenta con un plan de saneamiento y viabilidad, establecido con la empresa especializada Check, desde octubre del año pasado. De acuerdo con sus previsiones, la empresa requiere una inversión de más de trescientos millones de pesetas en maquinaria a lo largo de los próximos cinco años. Con ello se lograría un incremento de productividad del 15 %.

Desde el punto de vista de la fuerza de trabajo, el plan considera necesario reducir la plantilla, por medio de jubilaciones anticipadas y resoluciones voluntarias de contrato, previa indemnización, hasta una cifra cercana a los seiscientos trabajadores, de 2.000 con que cuenta,áhora la empresa. Además la plantilla ha aceptado ya una parte de los sacrificios requeridos, renunciando desde el presente mes al cobro del complemento que abona la empresa a la prestación de regulación de empleo, que se eleva al 25%. La representación laboral ha aceptado asimismo un incremento de productividad por esfuerzo obrero del 15 %,que sumado al procedente de la modernización de las instalaciones supone un 30% global.

Con estas condiciones, la empresa resulta viable, según los expertos de Check encargados de analizar su situación. Sin embargo, los accionistas no pueden hacer frente por sí solos a la adquisición de maquinaria y la financiación de la reducción de plantilla, y los créditos necesarios no han podido conseguirse. Fuentes de la dirección aseguraron a EL PAIS que «la disposición de los bancos es buena, pero, tal y como están las cosas, condicionan el crédito a la existencia de ayudas oficiales, como una especie de aval suplementario».

Hasta el momento, las gestiones ante la Administración central y el Gobierno vasco han resultado inútiles. El primer interlocutor apela al nuevo criterio de ayudas sectoriales, no individualizadas, y el segundo asegura que carece de fondos.

Un directivo de Palmera declaró, comentando esta situación, que la aplicación rígida de ayudas oficiales únicamente a los planteamientos de reconversión sectorial podría acabar con muchas empresas, cuyas posibilidades de resultar rentables si superan la crisis momentánea están fuera de duda.

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