La economía de la RFA se estancará en la primera mitad de 1981
Los cinco principales institutos alemanes dedicados a la investigación económica coinciden en pronosticar un estancamiento durante los seis primeros meses de 1981 y la aparición de signos de reactivación económica durante el segundo semestre del mismo año. Los cinco sabios ponen también el acento en la necesidad de una «moderación tarifaria» como condición para un alivio en la actual panorámica del desempleo; pero aun con esta premisa los expertos anticipan que el paro afectará, en 1981, a 1.100.000 trabajadores.
En cuanto a los precios, subirán menos de un 4%. Del banco federal (Bundesbank) los institutos esperan una política monetaria menos rígida y un descenso en los intereses al crédito. El ministro de Economía, conde Lambsdorff, ve en estos pronósticos una confirmación de los suyos propios: el ministro había anticipado que la RFA vería crecer realmente su economía durante 1981 en sólo un 0,5%. Tanto Lambsdorff como los cinco sabios condicionan el respiro de la segunda mitad del próximo año a que los países productores de petróleo no impongan nuevas alzas de los precios.Por su parte, el ministro explica el alza del desempleo como una consecuencia de la incorporación al mercado de trabajo de nuevas generaciones pertenecientes al boom de la natalidad en la década de los sesenta. Tanto él como los institutos -y esta conclusión es especialmente importante en el -primer día de negociaciones para la formación de nuevo Gobierno- están también de acuerdo en que la Administración debe renunciar a planes de reactivación en el mercado de trabajo a corto plazo para concentrarse en la consolidación de las condiciones que favorezcan el crecimiento económico.
El Sindicato del metal ha sido el primero en reaccionar al informe de los cinco sabios. Su presidente, Ugen Loderer, ha recordado al Gobierno que la consolidación de las finanzas públicas no debe conllevar que el Estado decline su responsabilidad en materia de política de empleo.
En cuanto a las recomendaciones dirigidas al Bundesbank, se espera con interés la sesión que celebrará el jueves el Consejo Central Bancario, de la que podrían resultar medidas liberadoras, aunque no sensacionales.
