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El Estado de Nueva York, pieza clave en la carrera hacia la Casa Blanca

El Estado de Nueva York, que aporta 41 votos electorales a los 270 necesarios para la elección del presidente de Estados Unidos, es considerado como uno de los Estados «clave» tanto para los estrategas electorales del demócrata Jimmy Carter como para los republicanos de Ronald Reagan. El impacto de la crisis económica entre los electores, el importante voto de la minoría norteamericana de origen judío y la incidencia de los pequeños partidos marginales son tres factores capitales en el voto de los neoyorquinos, cuyas preferencias, según sondeo del diario The New York Times y la cadena de televisión CBS, van, en principio, para el actual presidente, Jimmy Carter.

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Carter obtiene en el sondeo electoral el 38% de preferencias de voto; Reagan, 20 %; Anderson, 10%, y los indecisos se cifran en otro 23%, siempre en relación con el Estado de Nueva York, segundo en número de votos electorales, detrás de California, que tiene 45 votos electorales.Cuando hace dos meses el Partido Liberal, que tradicionalmente apoya en Nueva York al candidato presidencial demócrata, se inclinó por el «independiente» John Anderson, el alto estado mayor del presidente Carter temió seriamente por un desliz del voto liberal neoyorquino, hacia el congresista republicano de Illinois, hoy en la carrera hacia la Casa Blanca, bajo la etiqueta de «independiente», John Anderson.

El escaso impacto de Anderson a escala nacional (por debajo del 9%, según los sondeos), provoca seguramente muchos interrogantes entre los liberales del Estado de Nueva York, que puede acabar votando a Carter, como «mal menor», frente al republicano conservador Ronald Reagan.

«El 25% de electores registrados en el Estado de Nueva York es judíos», según cifras del American Jewish Committee. Forman también el grupo más «homogéneo» de toda la sociedad norteamericana, en el momento de expresar sus preferencias electorales, incluidas, naturalmente, las que afectan a las relaciones entre Estados Unidos e Israel.

Opción demócrata

Tradicionalmente, los Judíos votan demócrata. Jimmy Carter captó alrededor del 70% del electorado judío en la elección presidencial de 1976. Además de Nueva York, los judíos representan el 6% del electorado en California, el 10% en Florida, el 12% en Nueva Jersey y el 7% en Pensilvania, todos ellos considerados como Estados fundamentales para la elección, debido a su elevado número de votos electorales.Siempre según el sondeo del The New York Times-CBS, está vez a escala nacional, el presidente Carter sólo seducirá en la elección del próximo 4 de noviembre al 40% del electorado judío, manifiestamente descontento por la crisis económica y, sobre todo, por los coqueteos de la Administración Carter con los palestinos.

Sin duda, Reagan, con sus tesis proisraelíes y sus críticas veladas a la marcha de los acuerdos de Camp David, atrae más las simpatías del electorado judío. Pero asusta cuando analizan el contexto de su política de rearme o analizan seriamente su programa económico.

El miedo a la inflación

Naturalmente, Nueva York no es sólo el electorado judío. Los ciudadanos de la principal metrópoli de Estados Unidos, casi doce millones, representan el 40%,del voto total del Estado de Nueva York. Su carácter peculiar, incluso en el contexto de la vida norteamericana, su tradición liberal, inclinan a un voto para el Partido Demócrata.Excepto si la influencia de la crisis económica -12,7% de inflación prevista para 1980- supera las simpatías por el «liberal» Carter y se va hacia las tesis y promesas de solución económica del «conservador» Reagan.

Los republicanos así lo interpretan, insistiendo en los aspectos económicos en la última semana de campaña electoral. Ronald Reagan habló ayer durante media hora en la segunda cadena de televisión norteamericana, ABC, calificando la gestión económica y social de la Administración Carter como la «más grave y nociva, sin paralelo en la historia de Estados Unidos».

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