Sobre el "mutuo acuerdo"
En unas recientes declaraciones, el ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez, manifestaba la intención de rectificar el proyecto de ley sobre modificación del Título IV del Código Civil, de forma que el divorcio por mutuo acuerdo entre los cónyuges pueda en la práctica» obtenerse en el plazo de un año y medio. Estas manifestaciones, aunque iniportantes, si no se realizan con total claridad y rigurosidad, es fácil que induzcan al desinformado ciudadano medio español a un profundo error, haciéndole creer que el «mutuo acuerdo» va a ser regulado como causa de divorcio, siendo, por tanto, únicamente necesario la realización de un solo proceso (el del divorcio) para obtenerlo, con la consiguiente mejora económica, humana y familiar, a la vez que una mayor rapidez procesal.Sin embargo, la realidad, al menos por ahora, es bien distinta. Por ello es muy importante la aclaración de este tema, debiéndose tener muy en cuenta la distinta repercusión que supondrá a todos los ciudadanos que demandamos para nuestra civil y laica sociedad el establecimiento de un divorcio humano, ágil, rápido y barato, que no suponga discriminación alguna por razón de sexo, religión o cualquier otra condición u origen social, la clase de divorcio que nos den.
Claramente se desprende, al estudiar la propuesta del ministro de Justicia, que en modo alguno se incluye el «mutuo acuerdo» como causa de divorcio, sino como causa de separación dentro del artículo 81 del proyecto, ya que, aunque reducido el plazo de espera en un año, se seguirá teniendo la necesidad «formal» de, una vez obtenida la separación legal por los cónyuges, esperar el denominado período de reflexión, para nuevamente interponer otra demanda, esta vez de divorcio, para obtener su proInunciamiento. ¿Por qué no llaman a las cosas por su nombre y regulan el mutuo consenso como causa de divorcio?
Las múltiples personas, socios de la Asociación Divorcista Independiente, que se encuentran en situaciones conflictivas y que con valiente y humano realismo tratan de reestructurar y reanudar sus vidas, actualmente rotas, confían en ustedes, nuestros legisladores, para que, lejos de poner trabas incomprensibles, contemplen la realidad social española en su totalidad y confeccionen leyes humanas y realistas para todos./
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