Estados Unidos se niega a retirar sus aviones de vigilancia electrónica del golfo Pérsico,
El secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, descartó el domingo, por la noche, en Washington que, para facilitar la liberación de los 52 rehenes norteamericanos secuestrados en Irán, Estados Unidos retire del golfo los cuatro aviones de vigilancia electrónica Awacs enviados a principios de mes a Arabia Saudí.
La devolución a Estados Unidos de los rehenes antes de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, que parecía probable después de las declaraciones hechas el sábado en Nueva York por el primer ministro iraní, Mohamed Alí Radjai, es ahora considerada como muy improbable.Edmund Muskie, que concedió el domingo una entrevista a la cadena de televisión ABC, dio la priinera respuesta oficial de Washington a la sugerencia del jefe del Gobierno iraní. «Consideramos», dijo, «que la decisión de enviar allí a los Awacs corresponde a nuestro interés nacional y a los principios definidos por el presidente» para obtener la liberación de los rehenes.
El presidente Carter, por su parte, declaró ayer en Youngstown, en el Estado de Ohio, que Estados Unidos estaba dispuesto a reanudar relaciones normales con Irán en cuanto este país haya liberado a los rehenes. También ayer, Muskie criticó en Chicago la «invasión iraquíenlrán».
Errores tácticos
El presidente iraní, Abolhassan Banisadr, comandante en jefe de las fuerzas armadas íraníes, reconoció ayer en una entrevista televisada que se han cometido errores tácticos en la conducción de la guerra en el frente sur del Juzestán, y aseguró que en las próximas horas adoptará medidas de gran envergadura sobre este punto. Banisadr hizo estas declaraciones tras consultar a los principales jefes militares iraníes y a su regreso de su último viaje por los distintos frentes de batalla.
Las palabras de Banisadr se interpretan desde Teherán de modos muy distintos, pero todos los observadores coinciden en señalar que las medidas a adoptar en las próximas horas pueden ir encaminadas a otorgar un mayor protagonismo al Ejército regular en la defensa de las ciudades de Jorramshar y Abadán, en el sur del Juzestán iraní, donde la resistencia contra la ofensiva iraquí parece haber sido protagonizada por los guardias revolucionarios (pasdaran).
La Prensa de Teherán acusó a las autoridades norteamericanas de practicar el «oportunismo político» respecto a la cuestión de los rehenes, y en algunos diarios de la capital iraní se criticó duramente al presidente Carter, al que se acusaba de haber convertido este tema en una baza electoral. Asimismo los diarios de Teherán, en sus editoriales, volvieron a vincular la palabra «espías» a la de «rehenes», hecho que en los últimos tiempos no se había producido. Está claro que en las últimas horas han registrado un cierto endurecimiento respecto a este tema.
La ciudad de Abadán, capital petrolera de Irán, sufre durante las últimas horas un apretado cerco por parte de las tropas iraquíes, que la bombardearon constantemente. El fuego de morteros se ha abierto sobre zonas residenciales de la ciudad, según fuentes iraníel, que por primera vez desde que se inició la ofensiva sobre esta ciudad y la localidad vecina de Jorramshar admitieron la necesidad de enviar refuerzos para romper el cerco de ambos enclaves. Según Radio Teherán, la refinería de Abadán, la más importante de Oriente Próxiino, soportó ayer un bombardeo de una hora de duración. Las carreteras que conectan estas ciudades con el resto del país permanecían anoche cerradas, y las autoridades iraníes aseguraron el domingo que algunas columnas de carros de combate iraquíes mantienen sus posiciones en el área.
En la ciudad fronteríza de Jorramshar, los combates entre las tropas de ambos países son continuos, y en muchos puntos de la ciudad se ha llegado nuevamente al cuerpo a cuerpo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.