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La guerra entre Irán e Irak

Sorpresa y desconcierto aparentes en Washington tras las declaraciones del primer ministro iraní

El primer ministro iraní, Alí Mohammed Radjai, declaró ayer que Estados Unidos demostraría su buena voluntad y su sinceridad y facilitaría la liberación de los 52 rehenes norteamericanos secuestrados en Irán si retirase de Arabia Saudí los cuatro aviones de espionaje electrónico Awacs enviados a principios de mes. La Administración estadounidense pareció sorprendida y desconcertada por la sugerencia del jefe del Gobierno iraní, que vincula la liberación de los rehenes a la evacuación de los Awacs.

Además de la retirada de los aviones, el jefe del Gobierno iraní pidió a EE UU, en su segunda conferencia de Prensa celebrada ayer por la mañana, en Nueva York, que cese de ayudar a Jordania y a otros países árabes que respaldan a Irak.«Tales medidas», añadió Radjai, «constituirían un gran paso hacia adelante para la liberación de los rehenes», y recordó que el Parlamento iraní iba a tomar «muy pronto», y «de forma definitiva», una decisión sobre el tema. El premier iraní no especificó, sin embargo, si los rehenes serían liberados antes del 4 de noviembre, fecha de las elecciones presidenciales norteamericanas.

En respuesta a los periodistas, Radjai declaró que su Gobierno estaba en condiciones de garantizar que la liberación sería «plenamente efectiva» si las condiciones planteadas eran cumplidas.

A este propósito, Radjai no recordó ante los informadores las cuatro condiciones hasta ahora expuestas por Teherán para acceder a soltar a los rehenes: devolución de los bienes del sha, retirada de las querellas de EE UU contra Irán, garantía de no injerencia política y militar en los asuntos internos iraníes y restitución de los haberes iraníes en Norteamérica.

En cuanto a las excusas solicitadas por Irán a Estados Unidos por su participación en las «fechorías» perpetradas por el régimen del sha, el primer ministro iraní afirmó que la cuestión había quedado superada tanto por el tiempo que había transcurrido como por las declaraciones hechas al respecto por los más altos funcionarios norteamericanos.

Inmediatamente después de su segunda conferencia de Prensa, Radjai se entrevistó, también por segunda vez, con el secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim. El viernes, después de su primer encuentro con Radjai, Waldheim se reunió con el representante norteamericano ante la ONU, Donald Mac Henry. De esta forma, el secretario general de la ONU habría facilitado un diálogo indirecto entre el primer ministro iraní y las autoridades norteamericanas.

Necesidades defensivas

Radjai abandonó Nueva York ayer, a las diez de la noche (hora de Madrid), en dirección de Argel, donde presentará su pésame al presidente Chadli por las víctimas del terremoto de El Asnam.

La reacción oficial del Gobierno norteamericano a las declaraciones del primer ministro iraní sólo será dada a conocer hoy domingo en una entrevista que concederá el secretario de Estado, Edmund Muskie, a la cadena de televisión ABC.

Ayer, sin embargo, un portavoz del Departamento de Estado recordó que los aviones-radar habían sido enviados al golfo para «hacer frente a las necesidades defensivas de Arabia Saudí, que no es un país beligerante».

La solicitud de retirada de los Awacs plantea un serio problema, dado que su envío había sido interpretado como una muestra del apoyo norteamericano a los regímenes moderados del golfo y especialmente a Arabia Saudí, principal país exportador de petróleo del mundo y aliado vital de Occidente en Oriente Próximo.

Fuentes diplomáticas de la ONU opinaron que la sorpresa de la Administración Carter era sólo aparente y que probablemente un acuerdo secreto había sido ya concluido entre Washington y Teherán. A este propósito señalan que el presidente Carter hizo recientemente alusión al envío de una «misión secreta» a Teherán. Si Radjai, añade, se negó en su primera conferencia de Prensa a mencionar el tema de los rehenes se debe a que estaba esperando la «luz verde» del ayatollah Jomeini para proponer el trato.

Las mismas fuentes ponen de relieve que el primer ministro iraní se entrevistó en Nueva York con representantes de la Cruz Roja con los que podría haber estudiado la organización de la repatriación de los rehenes. La entrevista de Radjai con los emisarios de la Cruz Roja se celebró en el despacho de Kurt Waldheim.

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