Los vecinos de Alguazas boicotean al nuevo párroco
Mientras el obispo de la diócesis Cartagena-Murcia, Javier Azagra, recuerda en un comunicado entregado a los medios informativos que «deber ineludible de todo sacerdote es la disponibilidad para trabajar dentro de la diócesis donde el obispo le destine», un numeroso grupo de vecinos de la localidad de Alguazas se sigue oponiendo al traslado de su antiguo párroco, Antonio Meseguer, de 63 años, que lleva veintiséis en la parroquia.
Los vecinos de Alguazas, tras una asamblea celebrada el lunes, decidieron esconder las llaves de la iglesia de San Onofre, parroquia de la localidad, así como las de las tres ermitas que hay en el término municipal, una vez cerrados los templos, para que el nuevo párroco, Vicente Martínez, no pueda decir misa. Cuando este se presentó anteayer en el pueblo para celebrar la misa a las 19.30, supo por el sacristán que las llaves estaban en poder de los vecinos, que cerraron la iglesia. El nuevo párroco optó por no oficiar hasta que no se aclare la situación. Después llamó a un cerrajero para que pusiera otra cerradura en el templo, pero los vecinos cambiaron de nuevo la cerradura de la iglesia y siguen ocultando las llaves.Mientras tanto, el párroco antiguo, trasladado ya oficialmente a la parroquia de San Pedro, en Murcia capital, se encuentra en casa de unos familiares, en virtud de un período de quince días de descanso concedido por el obispo ante el cariz de los acontecimientos, tras haber fijado la fecha de incorporación a la nueva parroquia para el pasado día 12.
Desde que comenzó a conocerse en Alguazas (localidad que cuenta con unos 5.500 habitantes) que el párroco iba a ser trasladado, los vecinos han protagonizado numerosas reacciones en contra, la más espectacular de las cuales fue una manifestación no autorizada que congregó a cerca de 3.000 personas el 21 de septiembre.
El pasado sábado, varios centenares de vecinos del pueblo llegaron a manifestarse ante el palacio episcopal, en Murcia, y ayer se inició una recogida de firmas,
El cura de Alguazas es más bien tradicional y viste siempre sotana. Los vecinos que le apoyan han llegado a acusar al alcalde socialista de la localidad, Silvino Jiménez, de ser favorable al traslado, y el pasado lunes por la noche hubo de ser protegido por la Guardia Civil.
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