Los catedráticos de Salamanca se incorporan a la huelga

Con asistencia de un reducido número de profesores -sólo diecinueve vistieron el traje de claustrales- se ha inaugurado el curso en la Universidad de Salamanca. A partir de mañana, por parte de la mayoría de catedráticos y agregados, se iniciará la huelga de actividades docentes.

Después de referirse a «la universidad del exilio con la mano tendida en busca del abrazo fraterno, que permita aumentar la grandeza del mundo que habla español», el profesor Francisco Giral, catedrático de Farmacia, recibió la ovación más fuerte que durante muchos años se ha escuchado en el paraninfo. El profesor Giral, destacado dirigente republicano, había manifestado como colofón de su lección inaugural que «hace más de cuarenta años la mitad de la universidad española fue proscrita y alejada de la vida nacional», y que algunos de esos profesores pudieron seguir su actividad docente en América. «Me correspondió la misión de representar a aquella universidad del exilio, vencida por la fuerza bruta, para venir, en nombre de los que quedaron allá, y como heraldo de los jóvenes brotes, a convencer de la utilidad de enriquecer la vida española incorporando todas las vivencias de la universidad del exilio en el ensueño de la futura universidad de ambos mundos donde resuena la sangre del espíritu».

En el discurso inaugural del curso, el rector de la universidad, Pedro Amat, en relación con la huelga de profesores, manifestó que justificaba y comprendía, aunque no dejaba de lamentar, la ausencia de catedráticos y agregados. Añadió que «es una huelga que no nos dignifica, que no puede ser bendecida por el rectorado, aunque el rector sea catedrático y comprenda las razones profundas y vitales de esta sinrazón. Confío en la negociación, en la prudencia y en la justicia de las reivindicaciones, y en que la Administración las atenderá, la sociedad las comprenderá y el Parlamento las discutirá».