Rigidez federativa

El Askatuak, de San Sebastián, tiene una deuda pendiente, superior a las 200.000 pesetas, con la Federación Española de Baloncesto. El Askatuak ha sido eliminado de la competición de esta temporada por no satisfacer la deuda. La federación ha aplicado a rajatabla una norma que en otras instancias, sobre el supuesto de no causar daño al deporte, no se aplica.Estamos ante un nuevo caso de rigidez federativa. El Askatuak no sólo ha perdido dinero y categoría deportiva, sino que además ha sido esquilmado en los años anteriores por determinados rectores del deporte guipuzcoano, que eran capaces de pedirle 50.000 duros por el alquiler del mismo polideportivo por el que sólo exigían 5.000 para un mitin o un espectáculo folklórico.

El Askatuak sufrió tres atentados, dos en San Sebastián y uno en Málaga, y no encontró apoyo oficial alguno. Los vaivenes políticos en la diputación y el ayuntamiento donostiarras le impidieron alcanzar la comprensión necesaria para que el pabellón en que jugaba no fuera una sangría innoble.

Las presiones de determinados sectores conservadores le hicieron perder la ayuda de la casa patrocinadora. Ahora, cuando todo parece que va a entrar por buen camino, las vacaciones oficiales, la moción de confianza y el retraso de las transferencias al País Vasco le han impedido recoger la ayuda prometida. El Askatuak reconoce su deuda con la federación. Esta está moralmente obligada a concederle un margen de confianza.