Una polémica iniciada hace cuatro años
La polémica sobre la utilización de pistolas en la Policía Municipal empezó ya en el verano de 1977, con Juan de Arespacochaga en la alcaldía. Fue la primera vez que portavoces de la policía manifestaron públicamente que eran funcionarios municipales, y no agentes militarizados, por lo que el uso de la pistola sobraba totalmente.Un año después, en el congreso nacional de Policía Municipal celebrado en Madrid, los asistentes se pronunciaron a favor de la libre sindicación de los funcionarios y el desarme del cuerpo.
Sin embargo, esta «línea de desarme» se frenaría meses después, a raíz del asesinato de los agentes Benjamín Díez y Bienvenido Romero. En enero de 1979, representantes de UGT y Comisiones Obreras pedirían al ayuntamiento renovación del armamento y de la munición para una mejor defensa personal de los agentes.
El tema volvió a tocarse durante la campaña de las elecciones municipales de abril del pasado año, y los principales partidos hablaron de la conveniencia de que los policías fueran desarmados.
La llegada de socialistas y comunistas al ayuntamiento no solamente ha supuesto el mantenimiento de las pistolas para los agentes masculinos, sino que, como se ha anunciado, las mujeres tendrán también que portar un revólver, pese a la negativa de éstas y al desacuerdo generalizado de sus compañeros.
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