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La guerra entre Irán e Irak

Ambigua posición de la Unión Sovietica en el conflicto

ENVIADO ESPECIAL Una vez fracasado el alto el fuego unilateral decretado el domingo por Irak, la guerra ha entrado en una nueva etapa en la que los países vecinos -y, mediante su red de alianzas, las dos superpotencias- tendrán cada día más dificultades para permanecer neutrales en el conflicto.Según observadores políticos de Beirut, en estos momentos se está procediendo a una redistribución de cartas para una importante partida política y estratégica en Oriente Próximo. Pero desde mañana habrá un nuevo jugador en la mesa: la Unión Soviética.

La visita del presidente sirio, Hafez-el Hassad, a Moscú, que se inicia mañana, se sellará con la firma de un tratado defensivo entre los dos países. La presencia ayer en Damasco del líder libio, coronel Gadafi, avivó las especulaciones de que Libia, en proceso de unificación con Siria, formará parte también de este pacto, cuyos términos concretos se desconocen.

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Sin embargo, el ministro sirio de Defensa, Mustafá Tlass, declaró ayer al diario kuwaití Al Qabas que la URSS podría incluso ofrecer su potencial nuclear a los países árabes en caso de una amenaza atómica por parte de Israel. El ministro dijo, según el citado diario, que la nación árabe puede tener decenas de bombas atómicas, pero que sólo tres de ellas «bastarían para acabar con la agresión sionista de una vez para siempre».

En realidad, la postura de la Unión Soviética en esta guerra, que entró ayer en su tercera semana, es una de las mayores incógnitas y está dando pie a informaciones totalmente contradictorias. Así, mientras el primer ministro iraní, Rajai, hablaba de una oferta soviética de ayuda militar a Teherán, que no había sido ayer ni desmentida ni confirmada desde Moscú, varias agencias de Prensa informaban de un suministro militar soviético a Irak, desde Etiopía y Yerrien del Sur, a través del puerto jordano de Aqaba, en el mar Rojo, situado frente al israelí de Ellat.

Pero si Moscú firma en los proximos días un tratado defensivo con Damasco, y si éste tiene el alcance que se le atribuye, la Unión Soviética se habrá alineado en la práctica con Siria e Irán, frente a Irak y a otros países árabes.

Del mismo modo, la ayuda norteamericana a Arabia Saudí, sus relaciones con Egipto y sus recientes acuerdos militares con el sultanato de Omán, sitúa a Estados Unidos en el bando de Irak, un país el que no mantiene relaciones diplomáticas desde 1967 y que es uno de los «duros» al rechazar los acuerdos de Camp David.

El papel de Jordania

No parece probable, por el momento, que tropas jordanas vayan a intervenir en los combates, pero diversas informaciones se referían ayer a una ayuda logística, simunistros de alimentos y vehículos de transporte de mercancías.

El rey Hussein hizo ayer un llamamiento al pueblo iraní para que «rechace los ídolos y los destruya, como lo hizo el profeta Mahoma». En un discurso al país, el monarca hachemita explicó que «Jordanía estaba al lado de Irak, no por fanatismo, sino por convicción de la causa porla que se bate Irak. Este país», añadió, «constituye la retaguardia de Jordania», y «la victoria iraquí es el comienzo de la victoria en Palestina».

La prolongación del conflicto podría producir también un acercamiento entre Egipto, por un lado, y regímenes conservadores -como Arabia Saudí y Jordania-, por otro, pese a sus diferencias respecto a los acuerdos de Camp David. Aunque Sadat no siente la menor simpatía por los bausistas iraquíes, es un abierto adversario del régimen de Jomeini y de quienes parecen ser sus únicos amigos árabes, Siria y Libia.

Por su parte, Arabia Saudí expresó su intención de defender a los países árabes del golfo Pérsico ante un ataque exterior, en una obvia alusión a Irán y a las amenazas del ayatollah. Estas intenciones fueron expuestas por el ministro saudí de Exteriores en una entrevista a la televisión norteamericana. Un nuevo equipo de radar norteamericano será enviado a Arabia Saudí en los próximos días para la protección de los pozos petrolíferos, y el pequeño Estado de Kuwait, fronterizo con Irak, ha instituido la movilización, aunque sólo será puesta en práctica en caso de amenaza directa.

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