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La guerra entre Irán e Irak

Bagdad asegura haber conquistado el puerto iraní de Jorramshar

ENVIADO ESPECIAL El puerto de Jorramshar está ya en manos iraquíes, según anunció a las 11.00 horas de ayer -hora de Madrid- Radio Bagdad. En las afueras de la ciudad, en el camino de diez kilómetros que lleva a Abadán, los guardianes de la revolución jomeinistas mantienen una desesperada resistencia. Nadie sabe cuánta sangre ha costado tomar estos muelles de la orilla oriental del Chat el Arab, pero se estima que las pérdidas han sido muy altas por ambas partes.

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Ayer, los marinos mercantes extranjeros que se encontraban a bordo de los barcos atracados en Jorramshar recibieron, por primera vez en quince días, noticias del exterior y algunos cruzaron hasta Basora para marchar posteriormente a Kuwait y regresar a sus países.La resistencia mostrada por los habitantes de Juzestán ha podido servir para que Irak olvidase, poco a poco, una de las reivindicaciones expresadas al principio de esta guerra: la autonomía para esta región árabe-iraní.

Uno de los principales errores iraquíes ha sido quizá éste: confiar en que la población árabe que habita el Juzestán se levantaría en armas contra el régimen de Teherán cuando las tropas iraquíes cruzaran el Chat el Arab.

Sin embargo, la represión llevada a cabo el año pasado por el almirante Madani -que fue gobernador militar de Juzestán hasta hace diez meses- sirvió sin duda para desarmar, reducir y desorganizar a la resistencia árabe que reivindicaba la autonomía de esta región.

Durante los últimos treinta años, la población árabe de Juzestán ha ido disminuyendo su peso específico con la llegada de otras etnias, que acudían a la región en busca de trabajo en el sector petrolero, hasta llegar a constituir sólo un 50% de la población total de las ciudades de la zona.

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Con la sola novedad de la toma del puerto de Jorramshar, la situación militar sigue estabilizada. Como estaba previsto, el alto el fuego propuesto por Irak no fue aceptado por los iraníes. Poco después del amanecer del domingo -justo cuando entraba en vigor la oferta de Bagdad-, la aviación iraní sobrevolaba la capital iraquí. Otras tres alarmas aéreas se produjeron a lo largo de la misma mañana del domingo.

En el frente sur, las artillerías de ambos países han seguido disparando sin tomarse un solo respiro. Por su parte, la aviación iraquí atacó el domingo objetivos situados en Tabriz y Teherán. Ayer, nuevamente, fueron bombardea, dos objetivos militares «en el interior» de la capital iraní, según comunicaba por la tarde el parte de guerra número 61 de las fuerzas armadas de Bagdad.

Búsqueda de alianzas

Ante una guerra que se prevé más larga de lo inicialmente estimado, el presidente iraquí, Saddam Hussein, parece ir buscando sólidas alianzas. El domingo, el rey Hussein de Jordania paseaba junto al líder de Irak por las calles de Bagdad y posaba para las cámaras de televisión.

Se ignora con exactitud cuáles pueden ser los frutos de esta inesperada visita del monarca hachemita, que finalizó el domingo, que ya dio su apoyo a Irak al comienzo de la guerra. Según ha reconocido el propio ministro de Defensa iraquí, Adnam Jeiralah, los aeropuertos jordanos sirven de refugio a los aviones civiles de Irak.

Hay quien afirma que la colaboración de los aeropuertos del rey Hussein afecta también a los aviones militares. Lo cierto es que ayer el monarca jordano requisó todos los camiones de su país para ayudar a la logística de Irak. De este modo, Arnman se ponía aún de una forma más clara del lado de Bagdad.

Mientras se producía todo esto, la aviación iraní se mostraba ayer inusualmente inactiva. Durante todo el día no sonaron las alarmas aéreas en Bagdad, y sólo se produjeron bombardeos en las ciudades septentrionales de Mosul y Arbil. En el frente central, se reanudaban los combates en las cercanías de Gasr el Eshrin.

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