Polémica en Noruega por los depósitos militares de la OTAN
La petición de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de incrementar los depósitos de material de guerra en Noruega amenaza con provocar una crisis interna en dicho país nórdico. El Gobierno de Oslo, laborista, ha aceptado, después de muchas dudas y enfrentamientos con el ala izquierda de su partido, acoger en Troendelag, a cerca de mil kilómetros de la frontera soviética, el equipo pesado que necesitarían los 2.000 marines norteamericanos que, en caso de extrema urgencia, serían transportados «con lo puesto» hasta Noruega.
Los expertos militares norteamericanos se muestran escépticos sobre la eficacia de dicho emplazamiento y requieren del primer ministro, Nordli, «almacenes» mejor situados; pero las peticiones de la Alianza Atlántica chocan con una violenta oposición de amplios sectores políticos noruegos. Nordli ha tenido, incluso, que amenazar con dimitir de su puesto para lograr el compromiso de Troendelag.
Noruega, miembro de la OTAN desde 1949, se ha negado siempre a alojar tropas extranjeras, así como a permitir la instalación de material nuclear en su territorio. El actual Gobierno laborista ha aceptado finalmente un acuerdo con Norteamérica, a la vista, afirman fuentes oficiosas de Oslo, del continuo reforzamiento de la base naval soviética de KoIa, cerca de las costas noruegas.
«Los depósitos de material pesado», señaló días pasados el primer ministro noruego, «constituyen una parte esencial de nuestra contribución a la Alianza Atlántica».
Unas inoportunas declaraciones del ministro de Defensa, Thorvald Stoltenberg, según el cual los cañones estadounidenses emplazados en Noruega podrían emplear armamento nuclear, han aumentado las manifestaciones de protesta por parte de los grupos políticos contrarios a la estrategia atlantista.
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