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Las autoridades sanitarias aseguran que ha desaparecido la contaminación de las aguas

La contaminación bacteriana que afectó durante los últimos siete días a las aguas potables de Madrid desapareció ayer totalmente, según demostraron los análisis presentados por el Laboratorio Municipal de Higiene del Ayuntamiento, la Delegación Territorial del Ministerio de Sanidad y la dirección del Canal de Isabel II.

De todas maneras, los responsables de la delegación municipal de Sanidad insistieron repetidamente, durante el curso de una conferencia de Prensa celebrada en la Casa de la Villa, en que «la contaminación había sido detectada desde el pasado lunes, día 22, en los distritos de la zona norte de Madrid, sin que los responsables sanitarios tomaran ninguna medida al respecto».Aunque todavía en algunas zonas es posible que la calidad del agua no esté en perfectas condiciones, los tres organismos anteriormente citados coincidieron ayer en que los índices de colimetría habían desaparecido y sus correspondientes análisis no detectaban contaminación alguna.

Pero la polémica ha surgido por el hecho de que desde el pasado martes, día 23, el Laboratorio Municipal había detectado en sus análisis, según las muestras tomadas el día anterior, «un alto índice de nitritos, amoniacos y colis, lo que era señal de una seria contaminación bacteriana en el agua de la ciudad», como señaló Juan Francisco Pla, concejal responsable de Sanidad.

Por su parte, el director del Canal de Isabel II, Rodolfo Urbistondo, señaló q-ue los técnicos habían realizado análisis en los puntos en que el ayuntamiento -había encontrado índices de contarritnación, y «nuestros resultados no coincidían, puesto que no encontramos ningún punto con índice de colis a la entrada de las fincas, y solamente en un caso detectamos contaminación en una vivienda de la calle del General Porlier, lo que indica que la probable contaminación se encontraba en el grifo de la casa».

A consecuencia de la rotura de una válvula de comunicación entre los embalses antiguo y nuevo de Santillana, durante el día 18 del presente mes, uno de los que nutre el suministro de agua potable a Madrid y que presentaba un gran contenido de materias orgánicas, provocó una considerable contaminación bacteriana en gran parte de la red, que duró desde el sábado día 19 hasta el miércoles día 23, en que los análisis bacteriológicos (necesitan 48 horas para ser confirmados) señalaron tal desajuste. Esto originó muchas reclamaciones por parte de los usuarios y provocó algunos trastornos gastrointestinales a muchos de ellos.

Una vez que el Laboratorio Municipal decidió dar a conocer estos desalustes, la Delegación Territorial del Ministerio de Sanidad puso en marcha la toma de muestras y los análisis bacteriológicos de las aguas, con un resultado positivo en las tomas realizadas el lunes pasado, según señaló el delegado responsable, Juan Reig. Los lugares donde se detectó el índice de contaminación fueron los locales de la propia delegación territorial y en la calle del Corazón de María, lo que provocó, como señaló a este periódico Antonio Urbistondo, director de Salud de la citada delegación (cuyo apellido coincide curiosamente con el del director del Canal, pero sin que ambos tengan ninguna relación), que «fueran incrementados los análisis bacteriológicos en Madrid y en todos aquellos, pueblos donde el Canal suministra agua, así como incrementados los controles de las posibles afecciones gastrointestinales que pudiera originar este nivel de contaminación detectado».

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Por lo que se refiere a la avería originada en el embalse de Santillana, el doctor Urbistondo (de la delegación territorial) señaló que «tal fallo ha sido excepcional, ya que normalmente las aguas de Madrid no han sufrido índices de contaminación graves». Por su parte, Juan Francisco Pla manifestó durante la conferencia de Prensa que los análisis del laboratorio no ofrecen dudas: «El agua de Madrid ha estado contaminada durante los últimos cuatro días y esto va a misa».

Falta de coordinación

Asimismo, Mariano Santos, jefe de la división de laboratorios del Canal, señaló que «la presencia de colis en los análisis bacteriológicos es un indicador de contaminación, que suele acompañar a gérmenes patógenos, pero que la existencia de los primeros no significa necesariamente la presencia de los gérmenes, es decir, que, aunque algunas veces sean detectados colis, como en estos días, no significa que haya habido contaminación».

Fuentes competentes del propio Canal, consultados por este periódico, señalaron que «en las grandes ciudades la presencia de colis es frecuente en los diferentes análisis que se efectúan, aunque a veces no se tomen las medidas precisas».

Por otro lado, la dirección del Canal de Isabel II, aunque mantiene que las aguas no están contaminadas, ayer ordenó el incremento de la cloración de las aguas en toda la red de suministro, para acabar con las materias orgánicas que están invadiendo los embalses que nutren estos servicios. Esta medida, unida a las dos gotas ¡le lejía que recomendó el Laboratorio Municipal fueran vertidas por cada litro de agua, habrá provocado un general y enérgico lavado de estómago a todos los madrileños, debido a la falta de coordinación que han mantenido los responsables del tema durante toda esta semana.

La Delegación Territorial del Ministerio de Sanidad está realizando un control en los centros sanitarios, a través de los consultorios, ambulatorios, servicios de urgencia y hospitales, para conocer la posible incidencia de la contaminación.

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