Silencio de Siria, único país árabe que apoya la revolución iraní

A pesar de su virulento conflicto con Irak y sus buenas relaciones con Irán, Siria no ha podido tomar públicamente una postura favorable a Irán y, menos aún, proporcionar apoyo militar a su aliado iraní. Mientras que el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, realiza una misión de mediación entre iraníes e iraquíes -ayer llegó a Bagdad, camino de Teherán-, los otros países que, con Siria, forman el «frente de la firmeza árabe» ante Israel guardan silencio o han hecho llamamientos al cese de hostilidades.

Siria, país árabe, no puede alinearse oficialmente, contra viento y marea, con los enemigos de otro país árabe, Irak. Por eso, los periódicos sirios se límitan a reproducir los despachos de agencias, dando las versiones de los dos países contendientes.En realidad, lo que desea Damasco, ya que esimprobable una victoria iraní, es que el régimen iraquí de Saddam Hussein no alcance un éxito que refuerce considerablemente su situación en la región.

Siria es, sin duda, el único país árabe, incluido el «frente de la firmeza», que es realmente favorable a la revolución iraní. Otros dos países de este «frente» está.n enfrentados a Teherán: Libia, a causa del secuestro del imán Mussa Sadr, y Yemen del Sur, aliado a la Unión Soviética.

Sin embargo, Libia tampoco ha tomado postura por ninguno de los dos bandos y ha formulado un llamamiento a los dirigentes Iraquíes e iraníes para que depongan las armas y negocien pacíficamente sus diferencias.

El dirigente líbio, coronel Muamar el Gadafi, exhortó al imán Jomeini y al presidente iraquí, Saddam Hussein, a que suspendan los combates y «preserven la sangre musulmana para la batalla por la liberación de Jerusalén».

El presidente de Argelia, Chadli Bendiedid, ha dirigido sendos mensajes a sus homólogos iraní, Banisadr, e iraquí, Saddam Hussein, en los que apela a su moderación, afirmaron anoche fuentes oficiales de la capital argelina.

El presidente de Argelia, país también miembro del «frente de la firmeza», mantuvo contactos telefónicos con el presidente sirio, Hafed el Assad; el emir de Kuwait, Cheikh Djaber es Sabah, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Ibri Abdelaziz, en un intento de concertación para lograr un alto el fuego entre iranies e iraquies.

La agencia oficial argelina, APS, difundió ayer un comentario, en el que expresa la «profunda tristeza e inquietud» de los argelinos.

Según la agencia, los combates entre los dos contendientes «debilitan aárabes y musulmanes y, fortalecen a sus enemigos: imperialismo y sionismo».

En el comentario se evita con exquisito cuidado si Argelia tiene preferencia por uno u otro bando, y subraya que lo esencial para árabes y musulmanes es «enfrentarse a la arrogancia de Israel» y que lo demás es «accesorio».

Por su parte, la OLP, que también forma parte del « frente de la firmeza», ha perdido gran parte de las ilusiones que despertó en esta organización la revolución iraní. A pesar de un entendimiento de fachada, se han producido roces entre los palestinos e Irán, ya que Teherán pretendió «islamizar» la resistencia palestina, cosa que rechazó la OLP, e intentó que los palestinos rompiesen con la U RSS. También ha sido motivo de roce el apoyo Iraní a los chiitas libaneses, en contra de la resistencia palestina.

A pesar de ello, la OLP ha iniciado una labor de mediación entre los dos países combatientes. Su líder, Yasir Arafat, interrumpió precipitadamente la visita que efectuaba a Bulgaria y se trasladó ayer a Bagdad, donde declaró que «examinaría con los dirigentes iraquíes el desarrollo de la situación en el mundo árabe». A continuación de estas entrevistas se trasladará a Teherán.