Los trabajadores de "Informaciones" quieren dialogar con el Gobierno y el Parlamento

Los representantes de los trabajadores del diario Informaciones, que tienen en suspensión laboral sus contratos desde hace seis meses, han decidido crear un comité de profesionales de la Prensa y comité de empresa para que gestione con el Gobierno y los grupos parlamentarios la continuidad del periódico. El jueves y el viernes tuvieron lugar en el Club Internacional de Prensa dos actos de solidaridad con los trabajadores de la antigua plantilla que se encuentran sin su puesto de trabajo, casi trescientos, ya que el actual periódico está hecho por personas en su mayoría introducidas en la empresa por el editor, Sebastián Auger, a raíz del conflicto.

«Cuando un periódico como Informaciones se cierra, algo de los españoles se quema, como decía el viejo chiste. Pero el Informaciones, tal como está saliendo, más valdría que se quemara, porque ardería no algo de los españoles, sino algo de ese individuo que, aunque catalán, parece nacido en Sierra Morena y se llama Auger», dijo el jueves el escritor Fernando Sánchez Dragó, corresponsal del periódico en Marruecos durante un breve tiempo.El viernes, el propio Informaciones daba cuenta de la decisión de la Dirección General de Empleo de prorrogar durante dos meses más la suspensión laboral de los aproximadamente 280 contratos, ante la falta de seguridad por parte de la empresa de poder abonar los correspondientes salarios a sus trabajadores. Estos tenían suspendidos los contratos desde hace seis meses.

Según dijo el dibujante Forges, que moderó el primero de los dos actos, «el problema de Informaciones está reflejado en la libertad de expresión. Hay un hecho bufonesco y trágico: que sale un periódico sin lectores. El señor dice que no tiene dinero, pero el periódico saca los quinientos ejemplares; el señor no paga el paro. Es todo una cosa entelequial».

Gonzalo Torrente Ballester, José Luis Aranguren, José Luis Castillo Puche y Fernando Sánchez Dragó recuerdan su vinculación con el periódico. Torrente empezó a escribir desde Galicia los Cuadernos de la romana. «Me encontré escribiendo así, de lo que me dio la gana, porque el director era una de las personas más buenas y caballerosas de la profesión periodística». Al salir de Galicia cambió el título a su colaboración, que pasó a llamarse Torre del Aire. «Todo fue posible», afirma, «porque el periódico tenía una política del espíritu, de favorecer la libertad de expresión. Y sería hipócrita si no dijera que en esos siete u ocho años lo que yo ingresaba por estas colaboraciones era un capítulo muy importante para mi economía familiar».

Forges ha presentado a Aranguren como «una de las cabezas que más ha hecho por abrirnos la cabeza a todos los españoles», y el profesor de ética recuerda que él colaboraba en el periódico cada quince días y hacía la sección que antes publicara en Triunfo. Aranguren opina que Informaciones fue un periódico discreto, ponderado, con una línea que a mí, personalmente, no me ha entusiasmado nunca por demasiado discreta, pero que tampoco me ha indignado. Reconozco su mérito como órgano de expresión abierto a los colaboradores y su calidad, que ya quisiera yo que hubiera sido alcanzada por la media de los periódicos españoles».

La segunda jornada de solidaridad, el viernes, reunió a varios directores de medios informativos: José García Abad, de Lunes Económico; Pedro J. Ramírez (Diario 16), Germán Alvarez (Sábado Gráfico), Angel Gómez Escorial (Gaceta Ilustrada), Juan Pla (El Imparcial), Abel Hernández, director del último diario hablado de Radio Nacional, y Emilio Romero, director de Informaciones hasta el conflicto. Precisamente, Emilio Romero dijo que echaba de menos la presencia de Luis María Ansón, presidente de la Asociación de la Prensa, «cuya obligación es la defensa de los profesionales del periodismo».

El ex director de Informaciones opina que, mientras el Gobierno tenga los Medios de Comunicación Social del Estado, que arrancan 2.500 millones de pesetas al presupuesto nacional, y la agencia oficial Efe, que recibe millones de Hacienda, no se explica cómo el poder no es sensible y habilita una ayuda por dos años para que se estudie la forma que permita la continuidad del periódico.

Varios directores apoyaron la propuesta de Romero. Pedro J. Ramírez apuntó, además, la posibilidad de constituir una sociedad de redactores o de trabajadores.