La OPEP baja el precio oficial de los crudos

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Con la decisión adoptada anoche por los trece miembros del consorcio petrolero, lo que se pretende es ajustar los precios oficiales del petróleo a la realidad del mercado mundial y, al mismo tiempo, complacer a Arabia Saudí, cuyo ministro del Petróleo, jeque Yamani, ha insistido desde hace meses en que los precios están excesivamente altos y perjudican las posibilidades de recuperación de la economía mundial, inmersa en procesos recesivos.

Lo más sorprendente de la decisión de anoche, adoptada después de tres días de enfrentamientos personales y políticos en el seno de la OPEP, es que se tomó en ausencia de Yamani, quien horas antes había abandonado la sala de la conferencia, después de un fuerte y agrio intercambio de palabras soeces con el agresivo ministro (ex ministro, aunque permanece en funciones) del Petróleo de Irán, Alí Moinfar.

En este sentido, es difícil estimar, en estos momentos, cuál será la decisión saudí respecto al nuevo precio, pese a que fuentes del reino árabe han asegurado que Yamani tenía intenciones de incrementar el precio de su barril antes de finales de año en dos fases, una de forma inmediata y por valor de dos dólares, y otra, a primeros de 1981, en otros dos dólares adicionales.

Acuerdos que serán imposibles de cumplir

No obstante, el propio Yamani, después de abandonar la reunión con destino a Ginebra, declaró a los periodistas que su país no reducirá la producción de petróleo durante el presente año. Lo que esto significa, dada la presente situación del mercado de crudo mundial, es que será difícil cumplir el acuerdo decidido anoche por la OPEP, teniendo en cuenta la tendencia a la baja que existe desde el pasado mayo en los precios reales del crudo.

La baja de los precios en el mercado mundial, especialmente en los de entrega inmediata (spot market), se ha producido como consecuencia, precisamente, de los altos niveles de producción de los países miembros, especialmente Arabia Saudí. Este reino ha estado produciendo diariamente 9,5 millones de barriles, un millón por encima de su producción habitual. Como consecuencia de este aumento, y de una mayor venta de crudos por parte de Irak, el segundo exportador OPEP, el exceso de oferta en el mercado es de unos dos millones diarios de barriles.

Los expertos estiman que la congelación efectiva de los precios del crudo, con la excepción del saudí, sólo ha sido posible después de un acuerdo secreto entre los trece miembros para reducir su producción. En tal sentido, se da por seguro que, pese a las palabras de Yamani, Arabia Saudí reducirá efectivamente el volumen de su producción en un millón de barriles diarios, quizá a primeros del año próximo. Más reducciones, a cargo de otros miembros del cártel, que son también posibles.

Negociaciones y pactos secretos para reducir la producción

La existencia de un acuerdo secreto fue confirmada por el volátil y errático Moinfar, que, en unas declaraciones a los periodistas, señaló en la mañana del miércoles que se estaba negociando algún tipo de entendimiento de caballeros para reducir la producción.

Para alcanzar este inesperado y copérnico acuerdo, dentro de la tendencia de la OPEP a elevar los precios de referencia oficiales de su crudo, los trece ministros de petróleo de la OPEP tuvieron que hacer piruetas procesales dentro de las normas constitucionales de la organización. Así, una reunión consultiva de los ministros del Petróleo, iniciada después de una triministerial que terminó horas antes en un total fracaso sobre la estrategia futura del consorcio, tuvo que ser convertida en conferencia extraordinaria. A este respecto, la OPEP realizó anoche el anuncio como si se tratara de decisiones adoptadas por su 58º conferencia extraordinaria. Teóricamente, la 58º conferencia estaba convocada para diciembre y debía haberse celebrado en la capital de Indonesia.

En cualquier caso, se da por seguro en medios informados que el proclamado fracaso de la conferencia triministerial, celebrada los tres días pasados en Viena, no ha sido tan rotundo. El encuentro de los ministros de Finanzas, Exteriores y Petróleo de los trece países miembros, había sido convocado para discutir el informe de un comité llamado de estrategia de la OPEP, que proponía la introducción de un nuevo sistema de subidas automáticas y trimestrales de los precios OPEP. Asimismo, el informe contenía toda una serie de propuestas a la cumbre de jefes de Estado de la organización, que se celebrará en Bagdad en los primeros días de noviembre, sobre la estrategia a seguir en la década de los ochenta, tanto en sus relaciones con los países en desarrollo como con los industriales.

Un acuerdo rápido en Viena sobre la nueva fórmula de precios propuesta por el informe no pudo ser alcanzado, dada la fuerte oposición al mismo de Irán, Argelia y Libia. Contrariamente a la fórmula de que la subida de precios se vinculará a la inflación, crecimiento y fluctuación de las monedas de los países industriales. Los llamados tres rebeldes, sostenían que la vinculación se realizase con la inflación de los productos importados por los países OPEP, a todas luces mucho más elevados.

No obstante, la conferencia triministerial acordó celebrar otra nueva el próximo noviembre, con antelación de dos días sobre la cumbre de Bagdad y en la misma capital iraquí. Asimismo, se decidió que los ministros del Petróleo de la OPEP se reúnan el próximo 14 de octubre en una ciudad europea (posiblemente Ginebra o Londres) para seguir negociando esta cuestión y temas relativos a la situación del mercado en estos momentos. También se decidió que los ministros de Finanzas se reúnan en Quito el próximo 6 de octubre para negociar las cuestiones financieras de la ayuda al desarrollo, especialmente a aquellos países que tienen problemas de balanzas de pago como consecuencia de los altos precios alcanzados por los crudos los últimos años.