Baluka: "Los sindicatos oficiales polacos se destruirán solos"
El antiguo huelguista, polaco Edmund Baluka, líder del Comité de Huelga del Báltico en 1970 y actual presidente del Comité de Enlace Permanente por Sindicatos Libres, en la URSS y en Europa del Este, ha venido a España para pedir solidaridad con los trabajadores polacos y sus todavía inéditos sindicatos libres.Baluka trabajaba en los astilleros de Sczeczin, y en 1970 interpretó un papel similar al que ha protagonizado este año Lech Walesa en Gdansk. Sólo que hace diez años el régimen polaco parecía más pétreo, y el desenlace de la huelga fue más desafortunado. Baluka, al contrario que su compañero Walesa, tuvo que exiliarse a Bélgica, desde donde ha organizado la oposición sindical del exterior.
Pregunta. Los sindicatos libres acaban de nacer en Polonia. Pero algunos observadores temen que sólo sean una tregua de papel, que pueda romperse por sorpresa.
Respuesta. La afiliación a los nuevos sindicatos es tan extraordinariamente masiva, que, en la práctica, se ha producido una ruptura con los sindicatos oficiales. Tenga en cuenta que el 80% de los 12.000 trabajadores de los astilleros han solicitado registrarse en los sindicatos libres, lo que ya es un dato representativo de lo que está ocurriendo en otros sectores. Naturalmente, todavía está todo por hacer.
P. ¿Podrían convertirse en sindicatos de segunda, dependientes, al menos burocráticamente, del sindicato oficial?
R. En estos momentos, en Polonia, la verdadera fuerza reside en los sindicatos libres. Algunos sindicalistas se habían planteado anteriormente la necesidad de destruir el sindicalismo oficial, como garantía de que los sindicatos libres sobrevivieran. Pero la masiva afluencia de los trabajadores a los nuevos sindicatos hace pensar que los sindicatos oficiales se destruirán solos.
P. Los sindicalistas han declarado que su movimiento no era político. Pero usted está hablando de una auténtica transformación política.
R. Evidentemente, aquí se pueden llamar a las cosas por su nombre, y reconocer que los sucesos polacos tienen una gran envergadura política. La existencia de sindicatos libres cuestionará los privilegios de la nomenclatura (la clase dirigente). Ahora serán los trabajadores, y no el partido, los que decidan si un político sirve o no a la clase trabajadora. Por otra parte, la negociación de la censura es un paso muy importante: la censura va a seguir, pero el hecho de que los sindicatos libres tengan sus propios periódicos va a incidir directamente en la apertura de la misma. Ahora, Walesa y otros camaradas están pidiendo máquinas de escribir, porque, según dicen los funcionarios, ya no quedan máquinas en las tiendas...
P. ¿Y usted cree que el aparato oficial del partido se va a quedar cruzado de brazos entre tanto?
R. Creo que no, y que algo malo va a pasar, pero algo malo para el partido, por supuesto. Nada es eterno, no fueron eternas Roma, ni China, ni los grandes regímenes conocidos. Más tarde o más temprano el país tendrá que cambiar, porque un pueblo no puede estar de rodillas eternamente.
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