Reconocimiento a su capacidad de lucha política
La muerte de José María Gil-Robles ha causado honda impresión en la mayoría de la clase política española, principalmente en la familia democristiana, a la que pertenecía.José María de Areilza, diputado de Coalición Democrática, manifestó que el político fallecido «fue un gran luchador político. Tenía la fuerte convicción de sus propias ideas, y las defendía con nobleza, con energía y con tenacidad».
Ramón Rubial, presidente del Partido Socialista Obrero Español, señaló que «los principales rasgos de su personalidad quedaron reflejados en las Cortes de la Segunda República. Fue un hombre muy combativo y muy combatido a la vez. Sus rasgos de parlamentario fueron muy acusados, porque era un hombre muy batallador y, además, muy buen parlamentario».
En opinión del diputado de UCD Joaquín Satrústegui, «luchó como nadie por la legalidad democrática en el seno de una República cuya Constitución presentaba para él serios reparos. No aceptó nunca la dictadura e hizo cuanto pudo porque ésta diera paso a la democracia».
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