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RELIGION

Diez Alegría denuncia la manipulación de Dios a favor del orden establecido

Al hablar de los Componentes idolátricos y ateos en la realidad social del catolicismo, el teólogo José María Díez-Alegría se refirió ayer en la universidad internacional de Santander, a la manipulación a que Dios está siendo sometido, a lo largo de la historia, en favor del orden establecido. El padre Díez-Alegría, que intervino en el curso Dios y sus críticos, que se está celebrando en el palacio de La Magdalena, dijo que «la concepción católica convencional de la Iglesia tiende a la idolatría, pues pretende, en una forma platónico-idealista, tomar el puesto de Cristo en la tierra».

Tal configuración idolátrica se manifiesta, en opinión de Diez-Alegría, «muy concretamente en el modo de concebir la imagen del Papa», al que «como ejemplo muy significativo» vemos representando al Dios padre en el famoso políptico del cordero místico de Van Eyck. Para el teólogo de Creo en la esperanza, esa configuración histórica que ha llegado a tomar el papado «dificulta conducir por otra vía el legalismo contra el que luchó san Pablo», al haberse asignado el Papa una función de único intérprete auténtico de la ley natural. «Todo ello», concluyó Díez-Alegría, «va históricamente ligado con la manipulación de Dios a favor del orden establecido».

Falsas imágenes de Dios

Otro de los conferenciantes en el curso Dios y sus críticos, el también teólogo Juan José Tamayo Acosta, al referirse a las verdaderas y falsas imágenes de Dios en la sociedad actual, afirmó que «el nombre de Dios ha sido invocado para abanderar cruzadas y para protagonizar revueltas populares, para legitimar procederes violentos y para apoyar acciones pacíficas, para instaurar dictaduras y para derrocarlas, para discriminar a los hombres por motivos religiosos y para declararlos iguales».Tras exponer algunas de las viejas imágenes filosóficas y teológicas de Dios, Tama, o Acosta expuso las nuevas imágenes alternativas que permiten superar el teísmo y el ateísmo, para terrninar apoyando, ,como única imagen presentable sobre Dios, la del discurso interrogativo. «Toda teología», concretó, «que eche mano a la ligera de respuestas dogmáticas está descaminada. Mientras millones de hombres siguen sufriendo en nuestro mundo más que lo que sufrió Job, los cristianos deben creer, como creyó Job, acusando a Dios y preguntándole. De lo contrario, se mezclarían en la charla vacía y discriminatoria de los que hablan injustamente y respaldan, con su discurso afirmativo sobre Dios, la miseria humana creciente».

Por su parte, el director del curso Dios y sus críticos, José Antonio Gimbernat, presidente del Instituto Fe y Secularidad, estudió el objetivo de la crítica marxista a la religión, advirtiendo que el marxismo «no es una filosofía de esencias, sino una teoría social que procede inductivamente a partir de la realidad histórica existente». Gimbernat diría que «los cristianos que consideran que el método marxista es científicamente apropiado y filosóficamente correcto, no deben ser censurados por razones religiosas, pues el marxismo no es primordial ni metodológicamente un ateísmo filosófico.

Sobre la reacción de la Iglesia ante el marxismo, el presidente de Fe y Secularidad afirmó que «la Iglesia tradicionalmente ha contestado casi siempre con una enorme carga emocional negativa, con escasa capacidad crítica y con falta de objetividad frente a la crítica del marxismo y al Carácter de éste». Para Gimbernat, esa actitud de la Iglesia ante el marxismo, «ha sido muy similar a la mantenida con los grandes movimientos sociales y con importantes corrientes científicas de la modernidad, mirando con recelo y condenando a veces todo lo que no surgió en su interior por impulso católico.

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