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Fiat abre sus puertas, tras el cierre de agosto, bajo la amenaza de 15.000 despidos

Juan Arias

La Fiat, que es la empresa privada más importante de Italia, ha abierto las puertas de sus fábricas después del verano «más triste» de los últimos tiempos para sus obreros. Y esto porque el 1 de agosto la gran empresa automovilística cerró sus puertas por vacaciones con la amenaza de 15.000 despidos. De hecho, muchos trabajadores no se fueron de veraneo y se quedaron en Turín y alrededores vigilando el puesto de trabajo.El miedo que se había desparramado entre los obreros se demuestra con el hecho, subrayado ayer por toda la Prensa, de que este año se han presentado al trabajo prácticamente en masa el ciento por ciento de los trabajadores de Fiat: no ha habido ni absentismo, ni enfermos. Y es que nadie quiso dar un alibí para un posible y temido despido.

El miedo había aumentado cuando antes del verano Fiat anunció que Umberto Agnelli dejaba de ser el administrador único, dejando el puesto al duro Cesare Romiti. Los obreros lo interpretaron en el sentido de que Agnelli no quería despedir personalmente y que dejaba el mochuelo a otro.

En el campo sindical existe mucho temor ante el otoño que se prepara para los obreros, y no sólo en Fiat. En Turín, por ejemplo, ya 47 fábricas, de las que veintiuna pertenecen al sector automóvil, han anunciado que desde ahora al 31 de octubre pondrán a miles de trabajadores en la llamada «caja de integración», es decir, que serán pagados casi al ciento por ciento sin trabajar. Es el primer paso hacía el despido. De Fiat se asegura que durante unas semanas más de 75.000 obreros dejarán de trabajar dos días a la semana.

Para estudiar el fantasma del despido en masa han empezado a celebrarse encuentros entre las autoridades regionales y los dirigentes de Fiat. Y los sindicatos están esperando los resultados de estos coloquios, aunque se manifiestan más bien pesimistas.

La gravedad de la situación en la casa Fiat lo demuestra el hecho de que el nuevo administrador único, Cesare Romiti, no se ha tomado un solo día de vacaciones y ha estado todo el mes de agosto encerrado en su despacho de Turín. Hay quien sigue afirmando que Fiat exagera su crisis para conseguir dinero público, mientras sus dirigentes aseguran que es el sector del automóvil quien está en crisis en todo el mundo y que Fiat lo sufre aún más porque, al contrario de otros países, el Gobierno nunca les ha ayudado con sus fondos para la investigación tecnológica, encontrándose, de esta manera, desvalida.

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