Continúa la retrospectiva "western" en la Filmoteca

Continúa el ciclo de películas del Oeste en la Filmoteca Nacional durante todo el mes en el que se proyectarán un total de 84 películas, tres cada día, incluidos los domingos, a las 18, 20 y 22 horas. La proyección se realiza, como en las sesiones anteriores, en el cine Príncipe Pío, de la cuesta de San Vicente, 16.Con esta programación, la Filmoteca Nacional concluye la proyección de películas dedicadas al western durante el verano de este año.

En este mes se exhibirán películas, algunas ya proyectadas durante el mes de Julio, de realizadores como D. W. Griffith, John Ford, Howard Hawks, William Wyler, Robert Parrish, Alan S. Pakula, Richard Lester, Don Siegel y otros.

La mayoría de los filmes se proyectan en versión española. Algunas son mudas, con subtítulos, y pretenden dar con todas ellas una visión completa del significado del género del Oeste en el mundo del cine.

El carrusel de Hollywood con sus batallas contra bandidos e indios continuó durante muchos años con gran distorsión del hecho histórico y del espíritu de los pioneros. El cataclismo de la segunda guerra mundial, unido al rápido avance tecnológico y el vacío producido por la pérdida de los valores morales e intelectuales fueron factores concurrentes que dieron lugar a la aparición de un nuevo western.

Quizá el primer filme de esta nueva época fuera The ox-bow incident (1943), que fue seguido por obras como The gunfighter (1950) y High noon (1952), mientras que John Ford intentaba una personal interpretación de la última acción de Custer en Ford Apache (1948). La rehabilitación del indio era también algo obligatorio. La obra de Delmer Daves Broken arrow (1950)colocaba a los blancos en los papeles de villanos. El indio de esta forma acaba logrando un importante lugar en la saga de los western al igual que el negro en la literatura surista llegó a ser «un problema moral y un símbolo».

Más tarde aparecieron las tendencias morales en una serie de películas del Oeste, por lo que se llegó a decir que el western había llegado a la madurez. Dos ejemplos de esta nueva tendencia son Raíces profundas (1953), de George Stevens, y Solo ante el peligro, de Fred Zinneman.