Contacto positivo con la URSS de cara a la CSCE
De «francamente buena», a pesar de inevitables divergencias y diferencias de matiz, calificó el embajador jefe de la delegación española para la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea, Javier Rupérez, la atmósfera de la jornada intensiva de trabajo mantenida ayer en Moscú para tratar los preparativos de la reunión de Madrid, que, tras la de Belgrado, hace dos años, debe continuar la conferencia de Helsinki.Una nota soviética ha calificado la reunión de «constructiva y de trabajo», lo que en el sistema de formulaciones habitual en Moscú tiene un sentido positivo, pero está lejos de la calificación de cordial, empleada para encuentros sin problemas notorios.
La jornada comenzó a las diez de la mañana, en conversaciones con la delegación soviética, presidida por el director general del primer departamento para Europa del Ministerio de Exteriores, Adanishin; continua con un almuerzo de trabajo con el víceministro del Exterior, Kovaliov, y tras nuevas conversaciones concluyó con una cena ofrecida en la residencia del embajador de España.
Javier Rupérez amplió la referencia a la jornada señalando que se había pasado revista, punto por punto, a la preparación y orden del día de la reunión de Madrid, y en concreto:
- Evaluación del cumplimiento del Acta Final de Helsinki, de gran importancia, puesto que, puede provocar confrontaciones respecto al grado de tal cumplimiento. Desde el punto de vista español, e grado y tino del cumplimiento del acta requiere una revisión a fondo para hacer posible la continuación y profundización de la cooperación en Europa y el planteamiento de nuevas propuestas.
- Atención especial han merecido las llamadas medidas para producir confianza; es decir, las perspectivas militares de la seguridad y cooperación en Europa y, en concreto, la propuesta de convocar una conferencia especial para tratar estas medidas.
- Los conocidos «tres cestos» contenidos en el Acta Final de Helsinki, uno de los cuales se centra en el problema de los derechos humanos, tienen importancia decisiva para el éxito de la reunión de Madrid, en el sentido de que no se puede abordar un solo aspecto, sino todos y cada uno en consideración equilibrada.
Javier Rupérez insistió finalmente en que la reunión de Madrid implica aspectos colaterales, pero de importancia para las relaciones bilaterales de los países participantes, y específicamente España y la URSS. El jefe de la delegación española hizo hincapié en un diálogo donde no se trate de ocultar las divergencias, ya que esto sólo traería consigo equívocos y malentendidos, pero de carácter franco y clarificador y con intención de «lubricar» los roces evidentes que sufre hoy la política de distensión.
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