_
_
_
_
CINE/"SOUL TO SOUL"

Un musical que reivindica la belleza de lo negro

Rosa Rivas

Ayer se estrenó en Madrid una película realizada en 1971, pero con la carga de intemporalidad de la música que contiene: el soul, alma colectiva de la negritud, que, según los artistas que intervienen en la película, sólo se percibe en Africa, donde están las raíces. «No preguntes lo que es soul, tío. ¡Siéntelo!», exclamaba Wilson Pickett.Soul to soul (De alma a alma) se rodó íntegramente en Ghana, coincidiendo con la celebración del catorce aniversario de la independencia de este país, el primero de Africa que consiguió la libertad en la época moderna. Allí se trasladaron Wilson Picket, Ike y Tina Turner, Roberta Flack, Santana, Staple Singers y otros artistas americanos, todos ellos máximos representantes del soul y sus corrientes, y al frente del grupo, el director de cine y televisión -Mannix era una de sus series- Denis Sanders, que acababa de probar el estilo documental, el año anterior, con la figura de Elvis Presley.

Durante su estancia en Ghana, el equipo visitó lugares clave de la historia de la esclavitud negra, y la impresión fue general: «Nos habían engañado. En Estados Unidos no tienen ni idea de lo que es Africa; se piensa en salvajes bailando danzas primitivas y en chozas de la selva», decía Roberta Flack, viendo en Africa, como sus compañeros, una especie de Meca negra.

Primitivismo

El espectáculo musical sobre el que gira la película, tuvo lugar en un inmenso teatro al aire libre de Accra, capital de Ghana, y unas 100.000 personas formaron la audiencia, escuchando toda la noche -según Michael Davenport, encargado de las contrataciones- con tranquila dignidad, mostrando sus emociones sólo por la sonrisa de sus caras». Pero la cosa estuvo a punto de no celebrarse, pues un tifón cayó sobre la ciudad la noche antes.Soul to soul fue calificado en su día por la Prensa americana como una especie de woodstock negro, en el que la cámara pudo captar la excitación de las actuaciones en directo y el contraste cultural. entre los artistas -curiosamente vestidos y peinados a lo afro- y las gentes de la calle de Ghana. La sorpresa fue mutua: sofisticación y primitivismo negro.

En el festival de Ghana se dieron cita las distintas corrientes del soul: la fuerza electrizante de Pickett, la vecindad con el rock de Ike y Tina Turner, el jazz de McCann y Harris; el gospell profano de los Staples, las voces del gueto de East Harlem y el tono calmo deRoberta Flack. Pero la espontaneidad de los hermanos africanos rebasó en ciertos momentos la experiencia musical de los artistas visitantes. Uno de ellos, el joven médico brujo Amoa Azangio, además de actuar, fue nombrado incluso médico oficial del equipo y curó a uno de los técnicos.

Los artistas, que encontraron en el festival de Ghana un buen pretexto para volver a las raíces de su música, pudieron confirmar que su estilo no era nuevo: «Ellos tienen lo auténtico. El sonido del dolor y la experiencia, el grito que está siempre por debajo, hasta en las canciones más alegres». Carlos Santana, el enviado de la música blanca, también captó la vibración colectiva: «Es lo que te mantiene en marcha cuando nada ni nadie quiere hacerlo».

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_