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El rey Juan Carlos impuso ayer la Gran Cruz de Isabel la Católica al escritor y académico Camilo José Cela, en un sencillo acto celebrado en el palacio de Marivent, residencia veraniega de los Reyes en Palma de Mallorca. Al palacio llegó el académico gallego acompañado de su mujer, y ambos permanecieron la mayor parte de la mañana conversando con el Rey, a quien, según testimonios diversos, divierte mucho el peculiar humor del autor de La colmena. Cela hizo después manifestaciones públicas de agradecimiento a don Juan Carlos, «no sólo por haberme concedido la cruz, sino por habérmela impuesto personalmente, lo que considero un gran honor».
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