Arabia Saudí abandona su posición moderada frente a Israel
A sólo dos días de votarse en las Naciones Unidas una resolución que prevé la imposición obligatoria de sanciones contra Israel, el príncipe heredero y viceprimer ministro de Arabia Saudí, Fahd Abdelaziz, aludió ayer a la posibilidad de una guerra santa para liberar a Jerusalén y los territorios árabes ocupados. Mientras tanto, los embajadores estadounidenses en Egipto e Israel han recibido órdenes para que traten de impedir el deterioro de la situación en lo que concierne a las negociaciones sobre la autonomía palestina.
En unas declaraciones difundidas por la agencia de noticias saudí, el príncipe Fahd manifestó que la paz con Israel se ha convertido en una mera ilusión, al tiempo que invitó a Washington y El Cairo a admitir el fracaso de los acuerdos de Camp David.El dirigente saudí, tras constatar que la moderación árabe sólo ha conducido a que Israel complete su dominio sobre Palestina y convierta a Jerusalén en su capital, consideró que «la llamada al jihad (guerra santa) a los árabes y a los musulmanes es la única respuesta a la intransigencia sionista».
«No cejaremos hasta que hayan sido liberados los territorios árabes ocupados y hasta que el pueblo palestino haya regresado a sus tierras y establecido un Estado independiente, con Jerusalén como capital», añadió Fahd.
Las declaraciones del príncipe heredero constituyen una nueva muestra de la política decididamente proárabe adoptada por los dirigentes de Riad y de su postura. crítica con respecto a la actuación norteamericana en el conflicto de Oriente Próximo.
En El Cairo, al tiempo que trascendía la petición de Washington a sus embajadores, el diario Al Ahram informó que Egipto piensa elaborar una nueva estrategia frente a la postura israelí, y el rotativo Gumhuriya afirmaba que el Gobierno egipcio «reconsideraría su postura y examinaría soluciones de recambio para relanzar el proceso de paz». Dentro de esta nueva actitud egipcia hay que considerar la invitación que el presidente Sadat presentó, por medio de su embajador en Tel Aviv, al jefe del Estado de Israel, Ytzhak Navon, para que visite oficialmente Egipto. Sadat espera que esta visita contribuya a reforzar el proceso de paz en Oriente Próximo.
La aplicación obligatoria de sanciones contra Israel, incluida la ruptura de las relaciones diplomáticas y económicas, en caso de que Israel no acceda a derogar la ley básica aprobada el pasado 30 de julio por la Kneset (Parlamento israelí), es el punto principal del proyecto, de resolución que veintisiete países islámicos presentaron ayer oficialmente para que sea debatido y votado en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU que se celebrará hoy.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.